En un anuncio trascendental, el líder de Hezbollah, Sheikh Naim Qassem, declaró el acuerdo de alto el fuego con Israel como una «victoria divina» para el partido político libanés y grupo militante. Hablando desde un lugar no revelado, Qassem proclamó el 29 de noviembre que Hezbollah había salido triunfante al prevenir que su enemigo aniquilara la organización y socavara la resistencia de Líbano.
Este discurso marcó la primera declaración pública de Qassem desde que el alto el fuego entró en vigor el 27 de noviembre. Enfatizó que el éxito de Hezbollah radicaba en salvaguardar su existencia y frustrar los intentos de debilitar su posición dentro de Líbano. El grupo respaldado por Irán controla vastos territorios en el sur de Líbano y mantiene representación en el parlamento. Aunque está designado como una organización terrorista por Estados Unidos, solo su ala militar ha sido incluida en la lista negra por la Unión Europea.
El alto el fuego pone fin a casi 14 meses de intensas confrontaciones entre Israel y Hezbollah. En octubre, Israel escaló las hostilidades al lanzar una ofensiva terrestre en el sur de Líbano mientras realizaba extensos bombardeos aéreos en los bastiones de Hezbollah en Beirut y otras áreas.
Bajo los términos de la tregua, Hezbollah debe retirarse completamente del sur de Líbano. Al mismo tiempo, Israel está obligado a retirar sus fuerzas terrestres del territorio libanés dentro de los 60 días posteriores a la implementación del acuerdo.
El Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu había advertido previamente a Hezbollah que cualquier violación del alto el fuego sería respondida con acciones decisivas por parte de Israel. Horas antes de que Qassem pronunciara su discurso, Israel informó haber atacado un lanzador de cohetes de Hezbollah en el sur de Líbano tras detectar actividad militante.
Los Estados Unidos y Francia han asumido la responsabilidad de supervisar la implementación de esta significativa tregua. El acuerdo incluye disposiciones para desplegar a miles de soldados libaneses para trabajar junto a los cascos azules de la ONU en el sur del Líbano, asegurando que Hezbollah se mantenga alejado de la frontera israelí.
Hezbollah había estado lanzando cohetes hacia el norte de Israel desde el comienzo de la guerra en Gaza en octubre de 2023. El grupo había prometido cesar sus ataques solo después de que Israel terminara su campaña militar en Gaza.
A lo largo de los últimos 14 meses, Israel infligió daños significativos a Hezbollah, eliminando una parte sustancial de su liderazgo, incluyendo al predecesor de Qassem, Hassan Nasrallah, y agotando severamente el arsenal militar del grupo.
Israel se mantiene firme en prevenir que Irán proporcione apoyo financiero y armamento a Hezbollah. Además, ha advertido al presidente sirio Bashar al-Assad sobre facilitar la ayuda iraní a la organización militante.
El acuerdo de alto el fuego entre Hezbollah e Israel no solo significa una pausa temporal en las hostilidades, sino que también representa un momento pivotal en la política libanesa. Con su reclamo de una «victoria divina», Hezbollah pretende consolidar su posición como un actor clave dentro del complejo paisaje político del Líbano. A medida que las dinámicas regionales continúan evolucionando, solo el tiempo revelará las implicaciones a largo plazo de esta trascendental tregua.