Las esperanzas del Manchester City de retener su título de la Premier League están pendiendo de un hilo, ya que se encuentran en un completo desorden. La reciente racha de malos resultados ha dejado al equipo de Pep Guardiola al borde, y su próximo enfrentamiento contra el Liverpool podría definir su temporada. A medida que la presión aumenta, los campeones defensores enfrentan una dura batalla para salvar su campaña.
Los problemas de los Cityzens van más allá de las acusaciones financieras en curso que los han acosado. Su forma actual es reminiscentemente de un equipo que lucha por el descenso en lugar de defender un título. Con cinco derrotas en sus últimos seis partidos y sin victoria desde octubre, el una vez formidable escuadra de Guardiola ahora está encajando goles a un ritmo alarmante.
Durante esta racha sin victorias, han concedido más de dos goles por partido, una hazaña que no se veía desde su temporada de descenso en 1963. En sus últimos dos partidos en casa, han encajado siete goles, un tercio de lo que concedieron a lo largo de toda la campaña anterior. Estos resultados han planteado serias preguntas sobre las capacidades defensivas del equipo.
Un factor significativo detrás de los problemas defensivos del City se puede atribuir a la ausencia de Ruben Dias y Rodri. El impacto de la lesión de Dias ha sido particularmente evidente, ya que su llegada en 2019 ayudó a transformar al City en ganadores de títulos. Según The Athletic, Dias representó el 20% de las acciones defensivas del equipo en la Premier League desde su llegada del Benfica. Sin él, el City concede un gol cada 60 minutos en comparación con cada 70 minutos cuando él inicia.
Las debilidades defensivas se ven aún más agravadas por errores de Josko Gvardiol y un Kyle Walker fuera de forma. Las actuaciones de Ederson bajo los palos también han sido objeto de escrutinio, ya que las lesiones parecen haber afectado su toma de decisiones y el control de su área.
El mediocampo no ha tenido un mejor desempeño para el City. Con Rodri en la banca y Mateo Kovacic también ausente, Ilkay Gundogan ha quedado para anclar el mediocampo casi en solitario. El centrocampista alemán, que no está naturalmente adaptado al rol, ha luchado por llenar el vacío dejado por Rodri y Fernandinho. Las actuaciones apagadas de Bernardo Silva han agravado los problemas del mediocampo del City, dejando al equipo desprovisto de creatividad y dinamismo.
En ataque, el normalmente prolífico Phil Foden ha visto una caída en su forma y producción en comparación con la temporada pasada. Jack Grealish y Savinho aún no han encontrado su toque goleador para el City, mientras que los problemas de condición física de Kevin De Bruyne han obstaculizado su impacto en el campo. Esta pesada dependencia de Erling Haaland para los goles expone aún más la falta de profundidad en las opciones de ataque del City.
La fortaleza mental que una vez definió a este equipo del City ahora parece estar desmoronándose bajo presión. El equipo de Guardiola solía prosperar en la adversidad, pero ahora sucumben ante el primer signo de problemas. La reciente serie de concesiones rápidas de goles contra Tottenham, Brighton, Lisboa y Feyenoord sugiere una mentalidad frágil dentro del plantel.
A medida que el City se enfrenta al Liverpool en lo que podría ser su partido más significativo de la temporada hasta ahora, se encuentran ante un oponente formidable en Anfield. Los Reds de Jurgen Klopp están en una forma deslumbrante y se sitúan cómodamente en la cima de la Premier League y de la clasificación de la Champions League. Las probabilidades están en contra de los hombres de Guardiola mientras buscan superar su peor racha desde su temporada inaugural al mando.
Una victoria sobre el Liverpool parece poco probable dada la situación actual del City. Sin embargo, si logran una victoria inesperada, podría servir como un punto de inflexión en su campaña y reavivar las esperanzas de una exitosa defensa del título. La tarea que tienen por delante es desalentadora, pero Guardiola sigue comprometido a guiar al City fuera de esta crisis.
Mientras que puede que se necesite un milagro para que el City supere al Liverpool el domingo, la reciente extensión del contrato de Guardiola hasta 2027 señala un compromiso a largo plazo con la reconstrucción del equipo. El camino hacia la redención es indudablemente un desafío, pero la resiliencia del City frente a la adversidad definirá, en última instancia, su legado.