Después de más de 1,000 días de guerra, Ucrania sigue atrapada en una lucha brutal contra la implacable agresión rusa. El conflicto ha devastado ciudades, desplazado a millones y dejado a ambas partes lejos de alcanzar sus objetivos. A medida que Donald Trump se prepara para asumir el cargo en enero, su promesa de poner fin a la guerra en 24 horas ha intensificado el enfoque global en posibles soluciones de paz. Pero con visiones marcadamente opuestas de Kyiv, Moscú y ahora Washington, el camino hacia la paz sigue estando lleno de desafíos.
La Visión de Ucrania
Para Ucrania, esta guerra es existencial. El presidente Volodymyr Zelenskyy ha dejado claro que la paz no puede venir a costa de la soberanía ucraniana. El objetivo principal de Kyiv es la restauración de sus fronteras anteriores a 2014, reclamando Donetsk, Luhansk y Crimea. El plan de victoria de cinco puntos de Zelenskyy incluye la membresía en la OTAN, apoyo militar irrestricto, reconstrucción económica con respaldo aliado y asegurar la estabilidad de Europa en la posguerra.
«Si el conflicto se congela sin una posición fuerte para Ucrania, Putin volverá en dos, tres, cinco años para destruirnos completamente,» advirtió Zelenskyy recientemente. Su gobierno también ha propuesto un marco de paz más amplio de 10 puntos que aborda temas como la seguridad nuclear, la responsabilidad por crímenes de guerra y la retirada de las tropas rusas.
Si bien estas ideas han recibido apoyo de aliados, la OTAN aún no ha extendido una invitación de membresía, dejando a Kyiv vulnerable a futuras agresiones.
La Postura de Rusia
Para Moscú, la paz significa la capitulación de Kyiv. El Kremlin exige que Ucrania ceda territorios ocupados, abandone sus aspiraciones a la OTAN y adopte la neutralidad. El presidente ruso Vladimir Putin ve la guerra como un medio para reafirmar el dominio regional, y su gobierno no ha mostrado signos de compromiso.
“Nuestros objetivos se lograrán de una forma u otra”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. Rusia insiste en levantar las sanciones y exige que las naciones occidentales asuman el costo de la reconstrucción de Ucrania, subrayando aún más la brecha entre las dos partes.
El Plan de Trump
A medida que Trump asume el control en Washington, ha prometido poner fin al conflicto rápidamente, nombrando al general retirado Keith Kellogg como enviado especial para las conversaciones de paz. La estrategia propuesta por Kellogg incluye presionar a Ucrania y Rusia para que negocien a través de ultimátums. Bajo este plan, EE. UU. condicionaría la ayuda militar a Kyiv a la participación en las conversaciones y detendría los esfuerzos de membresía en la OTAN a cambio de garantías de seguridad.
El equipo de Trump ha insinuado levantar las sanciones a Rusia una vez que se firme un acuerdo de paz y ha sugerido un impuesto sobre las exportaciones de energía rusas para financiar la reconstrucción de Ucrania. Mientras Moscú ha expresado una apertura cautelosa para interactuar con Trump, persiste el escepticismo. “Si Kellogg trae un plan que no nos gusta, le diremos que se vaya”, declaró sin rodeos el oligarca ruso Konstantin Malofeyev.
Otras Propuestas
Más allá del enfoque de Trump, han surgido ideas adicionales para la paz. China y Brasil han defendido un plan conjunto que enfatiza un alto el fuego y una conferencia internacional de paz. Aunque Zelenskyy rechazó inicialmente el plan, algunos elementos podrían integrarse en la estrategia más amplia de Ucrania.
Mientras tanto, los diplomáticos occidentales han propuesto marcos inspirados en precedentes históricos:
- El Modelo de Israel: Armar a Ucrania fuertemente sin una membresía formal en la OTAN, aunque los críticos advierten que esto podría llevar a una inestabilidad permanente.
- El Modelo de Alemania: Dividir Ucrania en zonas alineadas con la OTAN y zonas ocupadas por Rusia, una idea que Zelenskyy ha considerado con cautela.
- El Modelo de Finlandia: Un regreso a la neutralidad similar al estatus de Finlandia durante la Guerra Fría, una opción que los propios funcionarios finlandeses han desestimado como inadecuada para Ucrania.
El Camino a Seguir
A pesar de la creciente presión internacional, las marcadas diferencias en los objetivos entre Ucrania y Rusia dejan poco espacio para el compromiso. Las fuerzas ucranianas permanecen resueltas, con soldados como Vitaly Ovcharenko pidiendo más armas en lugar de conversaciones. “Su único objetivo sigue siendo destruir nuestro país. No tenemos más opciones que luchar,” dijo Ovcharenko.
A medida que se acerca la inauguración de Trump, se observará de cerca el enfoque de su administración hacia el conflicto. Sin embargo, con posiciones arraigadas en ambos lados, lograr la paz en 24 horas—o incluso en meses—parece un objetivo ambicioso, si no imposible.