Desde el ataque de octubre de 2023 por parte de la resistencia palestina a Israel, Alemania se ha convertido en el segundo mayor proveedor de armas de Israel, proporcionando el 30 por ciento de sus importaciones militares, solo superado por los Estados Unidos. Este nivel de apoyo inquebrantable destaca una alianza profundamente arraigada impulsada por la culpa histórica de Alemania por el Holocausto, una carga que continúa moldeando sus políticas exteriores e interiores de maneras que a menudo contradicen sus principios de justicia y derechos humanos.
Armas y Lealtades
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), las exportaciones de armas de Alemania a Israel superan las del Reino Unido, Francia e Italia combinadas. Mientras que el apoyo de EE. UU. a Israel se atribuye ampliamente a intereses estratégicos y dinámicas políticas internas, las motivaciones de Alemania son más complejas, arraigadas en sus crímenes de la era nazi contra los judíos europeos.
Esta carga histórica ha llevado a una dinámica inusual en la que Alemania no solo suministra armas, sino que también protege a Israel de la supervisión internacional. A pesar de la creciente evidencia de crímenes de guerra en Gaza, Berlín defiende constantemente las acciones de Israel bajo el pretexto de «autodefensa».
Culpa como Política
La relación de Alemania con Israel va más allá del apoyo militar. El país paga más de 500 millones de dólares anuales en reparaciones a los sobrevivientes del Holocausto, un compromiso que refleja su esfuerzo por expiar el pasado. Sin embargo, este ajuste moral parece estar enfocado de manera estrecha en un grupo, con poco reconocimiento a otras víctimas de las atrocidades nazis, incluyendo minorías europeas y comunidades africanas en Namibia.
Esta compasión selectiva es evidente en el enfoque de Alemania hacia el conflicto israelo-palestino. Mientras profesa un compromiso con los derechos humanos, Berlín ha apoyado políticas y retóricas que marginan a los palestinos. Por ejemplo, el canal internacional alemán DW actualizó su código de conducta en 2022, exigiendo a los empleados que apoyen “el derecho de Israel a existir” y amenazando con despidos a quienes violen esta regla. Los críticos argumentan que esto sofoca la crítica legítima a las políticas israelíes, incluyendo su tratamiento de los palestinos en los territorios ocupados.
Suprimir Voces Pro-Palestinas
La postura pro-Israel de Alemania se ha extendido a suprimir el sentimiento pro-palestino. En medio de protestas generalizadas contra las acciones de Israel en Gaza, las autoridades alemanas han criminalizado ciertos símbolos palestinos y restringido las manifestaciones. Human Rights Watch ha condenado estas medidas como discriminatorias y desproporcionadas, advirtiendo que podrían alienar a las grandes poblaciones musulmanas y árabes de Alemania.
La política de Berlín incluso ha impactado las leyes de ciudadanía. Un cambio promulgado en junio de 2024 requiere que los solicitantes reconozcan el derecho de Israel a existir, lo que genera preocupaciones sobre cómo se hará cumplir esto y si infringe la libertad de expresión.
Contradicciones e Hipocresía
El gobierno alemán invoca con frecuencia la “razón de estado” para justificar su inquebrantable apoyo a Israel. Este concepto vago se define como la búsqueda por parte de un gobierno de acciones que considera esenciales para su supervivencia política, independientemente de las consideraciones éticas. Sin embargo, enmarcar la existencia de Israel como integral a la soberanía alemana socava la universalidad de los derechos humanos y contradice los principios de la democracia.
La misma Alemania que defiende la libertad de expresión y una prensa libre ha impuesto líneas rojas rígidas sobre la crítica a Israel. Medios de comunicación convencionales como DW evitan usar términos como “apartheid” para describir las políticas de Israel, a pesar de la adopción generalizada de este término por organizaciones internacionales de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
Más Allá de la Culpa Histórica
El apoyo acrítico de Alemania a Israel plantea preguntas importantes sobre los límites de la expiación. Si bien los horrores del Holocausto merecen reconocimiento y restitución, no deberían justificar cerrar los ojos ante los abusos a los derechos humanos. Las acciones del gobierno alemán parecen cada vez más hipócritas, ya que defiende la justicia para un grupo mientras permite el sufrimiento de otro.
A medida que Berlín continúa protegiendo a Israel diplomática y militarmente, el mundo observa sus políticas con creciente inquietud. La alianza de Alemania con Israel, impulsada por la culpa en lugar de una diplomacia equilibrada, corre el riesgo de perpetuar la injusticia y erosionar los principios que dice defender.