Un informe condenatorio del Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Universidad de Yale ha revelado un programa respaldado por el Kremlin responsable de la deportación forzada, re-educación y adopción de niños ucranianos, planteando serias acusaciones de crímenes de guerra contra el presidente ruso Vladimir Putin y su administración.
Secuestro Sistemático de Niños
La investigación de 20 meses identifica a 314 niños ucranianos que han sido reubicados por la fuerza en Rusia desde que comenzó la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Muchos fueron llevados de regiones ocupadas como Donetsk y Luhansk y trasladados a instalaciones en Rusia. Desde allí, fueron colocados en campos de re-educación o adoptados por familias rusas bajo identidades fabricadas.
«Esto es parte de un programa sistemático liderado por el Kremlin para convertir a los niños ucranianos en ciudadanos de Rusia,» dijo Nathaniel Raymond, director ejecutivo del Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale.
El informe destaca que aviones y activos militares rusos de la Administración Presidencial de Putin fueron utilizados para transportar a estos niños, con imágenes satelitales que confirman misiones clave. Por ejemplo, un jet Tu-154M fue utilizado en mayo de 2022 para mover a 31 niños de Mariupol y Donetsk a Moscú.
Ciudadanía Coaccionada y Propaganda
En muchos casos, se obligó a los niños a aceptar la ciudadanía rusa y se les sometió a «propaganda pro-estatal y militarizada.» Según el informe, un campo de re-educación dedicó toda una semana a enseñar a los niños sobre «nuestra Patria, su pasado heroico.»
El programa también involucra una base de datos administrada por el estado, financiada con millones de rublos del Fondo de Subvenciones Presidenciales de Rusia. La base de datos perfila a niños con nombres y antecedentes falsificados, complicando aún más los esfuerzos para rastrear sus verdaderas identidades.
Putin y Lvova-Belova Implicados
La comisionada de derechos de los niños de Rusia, Maria Lvova-Belova, una figura clave en el programa, ha sido implicada directamente. Lvova-Belova, quien adoptó a uno de los niños ucranianos reubicados, ha defendido las acciones como “humanitarias”. Tanto ella como Putin son objeto de órdenes de arresto emitidas por la Corte Penal Internacional (CPI) en marzo de 2023 por su papel en estas deportaciones forzadas.
El exembajador de EE. UU. para crímenes de guerra, Stephen Rapp, declaró: “Esto prueba su participación directa, haciendo cambios en la ley y la práctica para permitir y acelerar adopciones coercitivas que habrían sido ilegales bajo la propia ley de Rusia en febrero de 2022.”
Ucrania Exige Responsabilidad
Ucrania estima que hasta 20,000 niños pueden haber sido llevados por Rusia, una cifra que podría aumentar debido a la supervisión limitada en los territorios ocupados. Los funcionarios ucranianos exigen transparencia inmediata.
“Rusia debe poner fin a sus negaciones sobre la adopción coercitiva y proporcionar un registro de todos los niños que está deteniendo por la fuerza”, dijo Andriy Yermak, jefe de gabinete de Ucrania. “Ucrania no descansará hasta que nuestros niños regresen a casa y los responsables sean llevados ante la justicia.”
Repercusiones Globales
Este informe se suma a la creciente evidencia de abusos sistemáticos por parte de las fuerzas rusas en Ucrania. A medida que la CPI y otros organismos internacionales intensifican sus investigaciones, el destino de miles de niños desplazados está en juego. Los hallazgos de Yale arrojan una luz dura sobre lo que parece ser una estrategia deliberada del Kremlin, aislando aún más a Rusia en el escenario global.