La turbulencia política en Corea del Sur se profundizó temprano el miércoles cuando la Asamblea Nacional votó para anular la sorprendente declaración de ley marcial del presidente Yoon Suk Yeol. Este movimiento sin precedentes, realizado pocas horas después del anuncio nocturno de Yoon, subraya la creciente lucha del presidente por mantener el control en medio de una feroz oposición.
Un Movimiento Audaz Rechazado
Yoon invocó la ley marcial el martes por la noche, afirmando que era necesaria para “eliminar las fuerzas antiestatales” que acusó de simpatizar con Corea del Norte. La declaración marcó el primer uso de la ley marcial en Corea del Sur desde 1980 e incluyó medidas drásticas como la suspensión de reuniones políticas, la orden de regreso al trabajo de los trabajadores en huelga y la autorización de arrestos sin orden judicial por violaciones.
Sin embargo, la Asamblea Nacional actuó rápidamente para anular el decreto, con 190 de sus 300 miembros votando para revocarlo dentro de las tres horas posteriores al anuncio. “Protegeremos la democracia con el pueblo”, declaró el presidente Woo Won Shik mientras los legisladores se reunían en una sesión de emergencia.
La presencia militar estacionada alrededor de los terrenos de la Asamblea Nacional fue retirada inmediatamente después de la votación. La constitución de Corea del Sur exige que el presidente debe acatar las decisiones parlamentarias respecto a la ley marcial, dejando a Yoon pocas opciones más que renunciar.
Consecuencias Económicas y Reacción Pública
La declaración del presidente envió ondas de choque a través de la economía de Corea del Sur. El ETF iShares MSCI Corea del Sur, que sigue a las principales empresas, cayó un 7% en las operaciones en EE. UU. antes de recuperarse ligeramente para cerrar con una caída del 2.6%. Empresas importantes como Coupang y Korea Electric Power vieron caer sus acciones, y el won surcoreano se depreció un 1.9% frente al dólar estadounidense.
La Bolsa de Corea convocó una reunión de emergencia para considerar retrasar la apertura del mercado del miércoles, citando preocupaciones sobre la inestabilidad política.
La reacción pública a la declaración de ley marcial fue rápida e intensa. Los críticos acusaron a Yoon de intentar consolidar el poder bajo el pretexto de la seguridad nacional, mientras que estallaron protestas en Seúl denunciando el movimiento como autoritario. Incluso miembros del Partido del Poder del Pueblo, conservador de Yoon, expresaron su desaprobación, señalando fisuras en su base política.
La Casa Blanca Reacciona
Las preocupaciones internacionales también aumentaron. El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca emitió un comunicado diciendo que estaba “monitoreando la situación de cerca” y se mantenía en contacto con el gobierno surcoreano.
Una División Creciente
La decisión de Yoon de implementar la ley marcial refleja sus crecientes dificultades para navegar en un parlamento dominado por partidos de oposición. Sus acusaciones de que los legisladores rivales eran simpatizantes de Corea del Norte avivaron aún más las tensiones, con críticos acusándolo de explotar los temores por la seguridad nacional para socavar la democracia.
A medida que Corea del Sur se recupera de la rápida reversión de la ley marcial, el país enfrenta una creciente incertidumbre política y económica. La presidencia asediada de Yoon ahora está en juego, con su capacidad para gobernar de manera efectiva bajo un creciente escrutinio.