La UE enfrenta una crisis demográfica a medida que las tasas de natalidad caen a niveles históricos, lo que genera temores de colapso económico y una crisis en el mercado laboral.
Nuevos datos revelan que la Unión Europea registró su menor número de nacimientos jamás registrado en 2023, con solo 3.67 millones de bebés nacidos en sus 27 estados miembros, lo que representa una sorprendente caída del 5.5% en comparación con el año anterior. Esto marca el descenso más pronunciado desde que comenzaron los registros en 1961, lo que genera alarmas sobre la sostenibilidad a largo plazo de las economías y sistemas sociales de Europa.
Bomba de Tiempo Demográfica
Cada nación de la UE tiene actualmente una tasa de fertilidad por debajo del nivel de reemplazo de 2.1 hijos por mujer, el mínimo necesario para mantener una población estable. Países ricos como Alemania y Francia vieron disminuciones significativas, mientras que Rumanía reportó la mayor caída, con un 13.9%. Mientras tanto, solo cinco naciones, incluidas Malta y Portugal, experimentaron ligeros aumentos en los nacimientos.
Los expertos advierten que sin una acción inmediata, el desequilibrio demográfico podría paralizar las economías occidentales, dejando a las naciones con muy pocos trabajadores jóvenes para apoyar a las poblaciones envejecidas.
Efectos Económicos en Cascada
La disminución de la tasa de natalidad agrava los desafíos económicos existentes. El profesor Andrew J. Scott de la London Business School describió las bajas tasas de natalidad como un “punto crítico” para la UE, con la mayor parte del crecimiento del empleo en la última década proveniente de trabajadores mayores de 50 años.
Menos trabajadores jóvenes significan menores ingresos fiscales, escasez de mano de obra y un aumento de la presión sobre los sistemas de salud y asistencia social. Además, la disminución de la demanda de vivienda y bienes de consumo podría desestabilizar los mercados.
Causas Raíz y Soluciones Complejas
El descenso de la tasa de natalidad se atribuye a múltiples factores, incluyendo la priorización de carreras y educación por parte de las mujeres, la paternidad tardía y la incertidumbre económica. Las preocupaciones ambientales y los temores sobre el cambio climático también han disuadido a muchos de tener hijos.
Los economistas enfatizan el papel de la inmigración en la mitigación de la crisis. “La competencia global por migrantes se volverá más intensa a medida que los desafíos de la subpoblación se aceleren,” dijo la Dra. Natalia Bhattacharjee de la Universidad de Washington.
Paises como Hungría e Italia han introducido incentivos financieros para fomentar la procreación, pero tales medidas han mostrado un éxito limitado.
Un Desafío Global
Mientras Europa lidia con una población en disminución, otras regiones, particularmente el África subsahariana, están experimentando un rápido crecimiento. Esta división demográfica podría remodelar las dinámicas económicas y políticas globales, creando una feroz competencia por migrantes calificados.
Los expertos advierten que, a menos que Europa se adapte a su población envejecida y adopte políticas innovadoras para aumentar la fertilidad y atraer inmigrantes, las consecuencias económicas podrían ser devastadoras. A medida que la población global alcanza su punto máximo más adelante en este siglo, la lucha de la UE con la subpoblación ofrece un vistazo desalentador al futuro de las sociedades envejecidas en todo el mundo.