Un tratado de defensa histórico entre Corea del Norte y Rusia, firmado en junio por los líderes Kim Jong Un y Vladimir Putin, ha entrado oficialmente en vigor, marcando un cambio importante en las alianzas globales a medida que las dos naciones profundizan su cooperación militar. El pacto fue formalizado el miércoles tras un intercambio de documentos de ratificación en Moscú, informó la agencia de noticias estatal KCNA.
Este acuerdo obliga a ambas naciones a proporcionar asistencia militar inmediata en caso de un ataque a la otra y promete una oposición conjunta a las sanciones occidentales. Su activación se produce en medio de acusaciones crecientes de Estados Unidos y Corea del Sur de que Corea del Norte ha enviado más de 10,000 tropas para apoyar los esfuerzos bélicos de Rusia en Ucrania—una alegación que podría redefinir el papel de Pyongyang en la arena geopolítica global.
Detalles del Tratado
El pacto de defensa, firmado durante la rara visita de Putin a Pyongyang, subraya una asociación estratégica en evolución entre dos naciones cada vez más aisladas por Occidente. El tratado fue descrito por Kim Jong Un como fundamental para promover un “orden mundial multipolar independiente y justo” libre de la “dominación y hegemonía” occidental, según KCNA.
El acuerdo fue aprobado unánimemente por el parlamento de Rusia y luego ratificado por Putin. En Corea del Norte, Kim Jong Un aceleró su formalización a través de un decreto presidencial.
Aspiraciones Militares y Tecnológicas
Los expertos creen que el líder de Corea del Norte busca más que solo simbolismo político de esta alianza. El tratado de defensa ofrece a Pyongyang la oportunidad de adquirir tecnología militar rusa avanzada y obtener experiencia crítica en el campo de batalla para sus tropas.
Este reajuste militar parece ser parte de un cambio más amplio en la política exterior de Corea del Norte, ya que los analistas sugieren que Pyongyang está aprovechando el conflicto en Ucrania para consolidar su estatus como un jugador importante en la economía de guerra rusa. Con sus sustanciales contribuciones de armas, mano de obra y recursos, Corea del Norte podría incluso tener como objetivo reducir su dependencia de su aliado tradicional, China.
Fortalecimiento de los Vínculos Militares Desde la Invasión de Ucrania
El pacto de defensa se basa en una relación creciente entre Moscú y Pyongyang que se ha intensificado desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022. Ambos países están fuertemente sancionados por las Naciones Unidas—Corea del Norte por su programa de armas nucleares y Rusia por su agresión en Ucrania—creando un terreno fértil para el apoyo mutuo.
La semana pasada, el Ministro de Defensa ruso, Andrei Belousov, visitó Pyongyang, donde Kim Jong Un reafirmó el apoyo inquebrantable de Corea del Norte a las políticas de Rusia para “defender su soberanía e integridad territorial.”
Preocupaciones Internacionales y Implicaciones Estratégicas
La activación del tratado ha generado alarma en Washington y Seúl, con acusaciones sobre el despliegue de tropas norcoreanas que amplifican las preocupaciones sobre la creciente militarización de Pyongyang. Si se confirma, los reportados 10,000 soldados que ayudan a Rusia en Ucrania señalarían un nivel sin precedentes de participación directa de Corea del Norte en un conflicto internacional.
Los analistas advierten que el pacto también podría permitir a Corea del Norte eludir su dependencia de China y establecerse como un aliado militar y económico clave para Moscú. Este movimiento podría alterar las dinámicas de poder existentes en el noreste de Asia y tensar aún más las relaciones globales.
La Visión de Putin y el Camino por Delante
Alabando el pacto como un “documento innovador”, Putin enfatizó su importancia en junio, reflejando la dependencia del Kremlin en alianzas no convencionales mientras lucha contra el aislamiento internacional. La activación del tratado también podría servir como una prueba de hasta dónde están dispuestos a llevar su asociación Rusia y Corea del Norte en desafío a la presión occidental.
A medida que ambas naciones enfrentan un aumento de escrutinio y sanciones, este pacto histórico no solo remodela su relación bilateral, sino que también desafía el equilibrio de poder en el escenario global, introduciendo nuevos riesgos e incertidumbres en un clima geopolítico ya volátil.