A medida que Rumanía se acerca a su elección presidencial de segunda vuelta, aumentan los temores de que el candidato de extrema derecha Călin Georgescu, un escéptico abierto de la OTAN con supuestos lazos con campañas de influencia rusas, podría llevar al país por un camino aislacionista y autoritario. Miles se reunieron en Bucarest el jueves por la noche para manifestarse a favor de los valores europeos y advertir sobre un posible regreso a la dictadura.
El meteórico ascenso de Georgescu ha sorprendido a los observadores políticos. Hace solo unas semanas, era una figura oscura con poco reconocimiento público. Ahora, lidera en las encuestas, impulsado por una campaña controvertida que los analistas creen que ha sido reforzada por la interferencia rusa, incluidas operaciones de redes sociales dirigidas.
Una Nación en el Límite
La segunda vuelta enfrenta a Georgescu contra Elena Lasconi, una candidata de centro-derecha pro-Unión Europea. La elección ha atraído una intensa atención en Rumanía, un país de 19 millones en la frontera oriental de la UE, con implicaciones críticas para la seguridad europea.
“Para nosotros, la OTAN y la UE significan seguridad para nuestros hijos y nietos,” dijo Aurelia Poderescu, una de las miles que desafían las temperaturas heladas en Bucarest para agitar banderas de la UE y de Rumanía. “Del otro lado, tenemos a Georgescu, un neo-fascista. No podemos permitir que nuestro país regrese a una época de miedo y opresión.”
Georgescu ha criticado abiertamente la presencia de la OTAN en Rumania y ha expresado escepticismo sobre el apoyo a Ucrania. Su plataforma aboga por desmantelar el sistema de partidos políticos de Rumania, lo que ha generado preocupaciones de que pueda buscar establecer un régimen autoritario.
Alegaciones de Influencia Rusa
El Secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, se unió esta semana a los servicios de inteligencia rumanos para acusar a Rusia de una campaña coordinada para impulsar la candidatura de Georgescu. “Las autoridades rumanas están descubriendo un esfuerzo ruso —grande en escala y bien financiado— para influir en las recientes elecciones presidenciales,” dijo Blinken durante una cumbre en Malta.
Las alegaciones han aumentado las ansiedades en Rumania, que tiene vívidos recuerdos de sus décadas bajo la sombra de Moscú. “Estamos en grave peligro de convertirnos en como Bielorrusia, donde Rusia gobernará completamente nuestro país,” advirtió Andrei Buterez, un ingeniero de software que asistió a la manifestación en Bucarest.
Las Divisiones se Profundizan
La candidatura de Georgescu ha polarizado a la sociedad rumana, dividiendo familias y amigos. Millones de votantes, incluidos rumanos en el extranjero, han expresado su apoyo a él, citando el desencanto con el statu quo político. “Él habla a aquellos que están descontentos con el sistema,” dijo Ioana Marussi, otra asistente a la manifestación. “Pero su visión es un paso peligroso hacia atrás.”
Los partidarios de Lasconi argumentan que su postura pro-UE es esencial para mantener la estabilidad y seguridad de Rumanía. Su campaña representa un marcado contraste con la retórica aislacionista de Georgescu, enmarcando la elección como una elección entre alinearse con Occidente o regresar al autoritarismo.
Ecos de un Pasado Oscuro
Para muchos, el ascenso de Georgescu reaviva recuerdos del brutal régimen de Nicolae Ceaușescu y de la violenta revolución de 1989 que lo derrocó. “Tenía 18 años cuando escuché los disparos,” dijo Poderescu. “Hoy tengo ese mismo miedo. No podemos volver a esa época.”
Con las encuestas mostrando a Georgescu liderando a Lasconi por un estrecho margen, la elección del domingo podría redefinir el futuro de Rumanía y su lugar en Europa. A medida que aumentan las tensiones, las apuestas por la democracia en Rumanía nunca han sido más altas.