El renombrado tenista italiano, Jannik Sinner, se encuentra bajo una suspensión profesional de tres meses, tras una resolución con la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). Esta penalización llega justo cuando Sinner se preparaba para competir en el Abierto de Qatar 2025.
La suspensión comenzó el 9 de febrero de 2025 y se extenderá hasta las 11:59 pm del 4 de mayo de 2025. Incluye un crédito de cuatro días por el período que Sinner ya cumplió bajo una suspensión provisional, según lo declarado por WADA. En consecuencia, se anticipa que el regreso de Sinner a la arena profesional sea alrededor del Masters de Roma, que precede a Roland Garros.
Sin embargo, esta inelegibilidad profesional es solo una faceta de la suspensión de Sinner. El actual campeón de Grand Slam también enfrenta una serie de estrictas restricciones en cuanto a su régimen de entrenamiento. La declaración oficial de WADA explicó que Sinner podría reanudar la ‘actividad de entrenamiento oficial’ solo a partir del 13 de abril de 2025.
Esto implica que, hasta la fecha especificada, Sinner está restringido a entrenar únicamente con su personal de apoyo, siempre que no sea en ninguna ubicación asociada con una asociación nacional, la ATP, la ITF, la WTA, los Grand Slams, o cualquier evento regido por la normativa de WADA. La consecuencia es que Sinner tiene prohibido practicar con jugadores profesionales de países cuyas federaciones han respaldado el código de conducta de WADA. Esta regla también se extiende a su novia, Anna Kalinskaya, actualmente clasificada en el puesto 19 del circuito WTA.
Las ramificaciones de la suspensión de Sinner no se detienen ahí. También se le niega el acceso a instalaciones deportivas profesionales, ya sea como participante o espectador. Los gimnasios públicos y las canchas de tenis están fuera de los límites para el jugador italiano. Así, hasta el 13 de abril, las sesiones de práctica de Sinner deben limitarse a canchas de tenis privadas con compañeros no profesionales, y solo puede utilizar instalaciones de gimnasio privadas.
Mientras algunos consideran estas limitaciones como severas, otros, como el jugador australiano Nick Kyrgios, han condenado la indulgencia de la suspensión. Insinuó que el equipo de Sinner podría haber manipulado la situación para asegurar una mínima suspensión de tres meses, sin pérdida de títulos ni premios en metálico.
El ex campeón de Grand Slam, Stan Wawrinka, también expresó su desilusión con el sistema, confesando que ya no creía en el ‘deporte limpio’. De manera similar, Marion Bartoli, la campeona de Wimbledon 2013, criticó el acuerdo de la WADA, insinuando un posible favoritismo debido a que el actual presidente de la ATP es italiano.
Sin embargo, el abogado general de la WADA, Ross Wenzel, defendió firmemente su acuerdo con Sinner, enfatizando que el caso estaba muy alejado del dopaje intencional o microdosis. Subrayó que cada caso se examinó técnica y operativamente, sin influencia indebida de la opinión pública o presión política.
A pesar de los debates en torno a la equidad y severidad de la suspensión de Sinner, está claro que el jugador italiano tiene por delante unos meses desafiantes. Los efectos de esta suspensión, tanto profesionales como personales, sin duda dejarán una marca significativa en la ilustre carrera de Sinner.