La comunidad golfística quedó en un estado de shock y desconcierto cuando, en junio de 2023, el PGA Tour y el PIF firmaron un histórico acuerdo marco. Esto marcó un capítulo significativo en los anales del golf, tras un tumultuoso año de conflictos internos. La imagen de Jay Monahan y Yasir Al-Rumayyan promoviendo la unidad parecía incongruente, considerando los tiempos turbulentos que acababan de pasar.
El rechazo hacia Monahan era palpable, particularmente entre las brillantes estrellas del PGA Tour. Ellos habían prometido repetidamente su lealtad al tour, incluso cuando algunos de sus colegas abandonaron el barco por la promesa de una riqueza inimaginable. Cuando Monahan siguió adelante con el acuerdo, su sentimiento de traición era casi palpable.
Entre los críticos, ninguno fue más vehemente que Rory McIlroy. El golfista norirlandés era un firme defensor del PGA Tour y mostró poca o ninguna inclinación hacia mantener lazos con aquellos que habían desertado a LIV Golf.
La revelación de la segunda temporada de Full Swing sacó a la luz la tan esperada reacción de McIlroy ante el anuncio. A pesar de la suavización de su postura con el tiempo, la respuesta inicial de McIlroy fue de gran interés.
Su declaración en el segundo episodio reflejó un sentido general de confusión y enojo. Expresó su frustración por la falta de claridad en torno al acuerdo y la rapidez con la que se presentó a los jugadores.
La cuestionamiento de McIlroy sobre las acciones de Monahan, desde la ignorancia inicial sobre el acuerdo hasta la firma del que podría ser el acuerdo más significativo en el golf profesional, fue conmovedor. No se anduvo con rodeos, expresando su molestia por ser arrastrado sin querer a la situación y su desilusión con todo el proceso.
Monahan, quien había defendido con firmeza el PGA Tour, se encontró en una situación complicada. Sus acciones fueron percibidas como insensibles, particularmente cuando se suponía que los jugadores debían tener una influencia significativa sobre la dirección del tour.
Antes de dirigirse directamente a los miembros del PGA Tour, Monahan comentó sobre el acuerdo marco. Reconoció el largo y difícil camino que queda por recorrer, incluso después de que se alcanzara la tregua. La vacilación de Monahan para proporcionar plazos específicos aumentó aún más la inquietud entre los jugadores.
Este contexto proporcionó una explicación de por qué golfistas como Jon Rahm decidieron cambiar de bando más adelante en el año. A pesar de ser un defensor vocal del PGA Tour, al igual que McIlroy, Rahm vio el cambiante panorama del juego y optó por la seguridad financiera que ofrecía el otro lado. Esto dejó a muchos preguntándose si ellos también deberían seguir su ejemplo si el deporte iba a unificarse de todos modos.