En una sorprendente metamorfosis, el líder rebelde sirio Abu Mohammed al-Golani ha dejado atrás su apariencia yihadista por un look más convencional, lo que ha desatado especulaciones y temores entre los sirios y líderes globales por igual. Una vez conocido por su lealtad a al Qaeda y un estilo rudo al estilo de Osama bin Laden, al-Golani ahora viste uniformes verdes o blazers elegantes, luciendo una barba bien cuidada e incluso regresando a su nombre de nacimiento, Ahmed Hussein al-Shar’a. A medida que asciende al poder en una Siria devastada por la guerra, las preocupaciones sobre la autenticidad de esta transformación y el futuro que imagina para el país son grandes.
A medida que el cambio de imagen de al-Golani levanta cejas y escepticismo, sus garantías de inclusión y tolerancia son recibidas con un escrutinio cauteloso. En un intento por aliviar temores, al-Golani enfatiza la importancia de la coexistencia entre las diversas sectas religiosas y minorías étnicas de Siria, prometiendo defender sus derechos. «Nadie tiene el derecho de borrar a otro grupo. Estas sectas han coexistido en esta región durante cientos de años, y nadie tiene el derecho de eliminarlas,» afirma, retratando una fachada de armonía en medio de las dudas persistentes sobre sus verdaderas intenciones.
¿Madurez o Máscara?
El debate sobre los verdaderos motivos de al-Golani se intensifica mientras los líderes occidentales navegan por el complejo panorama de la política siria. Mientras que algunos, como Francia y Alemania, expresan su disposición a involucrarse con la oposición siria bajo su liderazgo, otros como EE.UU. y Gran Bretaña proceden con cautela, deliberando sobre la designación de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) como organización terrorista. Edmund Husain, un investigador senior del Consejo de Relaciones Exteriores, subraya la naturaleza enigmática de al-Golani, señalando las incertidumbres que rodean sus orígenes y acciones pasadas. «Todo el discurso en D.C. sobre eliminarlo a él y a su grupo es apresurado y peligroso», advierte Husain, destacando la necesidad de un enfoque vigilante al evaluar el pluralismo y las políticas inclusivas que al-Golani profesa.
Victoria para toda la Nación Islámica
La retórica triunfal de al-Golani en la Mezquita de los Omeyas de Damasco tras la retirada de Assad a Rusia insinúa un posible cambio hacia la supremacía sunita, lo que genera preocupaciones entre los activistas pro-democracia en Siria. Mientras que las afirmaciones de al-Golani sobre la victoria de la nación islámica resuenan con sus seguidores, escépticos como Bassam al-Kuwatli advierten sobre la importancia de no pasar por alto las implicaciones de sus acciones unilaterales y la consolidación del poder. Las preocupaciones de Kuwatli sobre la trayectoria de la democracia bajo el gobierno de al-Golani subrayan el delicado equilibrio entre la estabilidad y la inclusividad en la Siria posterior a Assad.