En el cautivador mundo del golf, los desafiantes campos de Florida tienen una reputación que los precede. El Cognizant Classic no es una excepción, demostrando ser un adversario formidable para los golfistas lo suficientemente valientes como para enfrentarlo. Entre ellos se encuentra Daniel Berger, un profesional que navega a través de altibajos en el PGA National.
Berger, actualmente en T3, ha tenido un viaje emocionante pero desalentador. Su desempeño en el torneo hasta ahora ha sido como montar una montaña rusa, lleno de emocionantes ascensos y aterradoras caídas. Su segunda ronda en el Cognizant Classic, por ejemplo, estuvo lejos de ser suave.
A medida que avanzaba el día, surgió una trifecta de desafíos para Berger. El sofocante calor de Florida, un campo implacable y, en algunos momentos, su propio cuerpo físico parecían conspirar en su contra. El escritor de golf Joe I. notó la visible fatiga de Berger, señalando sus frecuentes retiros a una posición de receptor entre golpes, una clara señal de agotamiento.
El propio Berger admitió sus luchas, atribuyéndolas a un factor simple pero significativo: la falta de ingesta suficiente de alimentos. De hecho, confesó haber perdido energía en los últimos nueve hoyos, lo que llevó a algunos errores, incluyendo un desafortunado golpe con un hierro 9. Sin embargo, logró salvar la situación, convirtiendo un posible desastre en un simple bogey.
Esta situación parece inquietantemente similar al desempeño de Ludvig Åberg en el Farmers Insurance Open. Åberg, que inicialmente lideró el torneo con un juego excepcional, terminó deslizándose hasta T42 debido a una enfermedad inesperada. La pregunta ahora es si Berger está siguiendo el mismo camino, con el agotamiento acercándose lentamente a él.
Sin embargo, las luchas de Berger se extienden más allá de la fatiga física. La suerte, parece, no ha sido su compañera más leal en este torneo. Cualquiera que haya sido testigo de su primera ronda sin duda estaría de acuerdo.
La ronda inicial fue todo menos normal para Berger. Comenzó con un evento extraordinario: su primer tiro nunca hizo contacto con el suelo. En cambio, desapareció misteriosamente, lo que llevó a una búsqueda frenética por parte de voluntarios, espectadores y oficiales. Resultó que la bola se había atascado en una palmera, colgando a unos 15 metros sobre el suelo. Berger, sin otra opción, tuvo que volver a golpear su tiro desde el tee.
A pesar de este extraño comienzo, Berger mantuvo la compostura. Logró salvar el par al hacer un chip desde 7 metros, transformando lo que podría haber sido una catástrofe en un momento destacado. Expresó optimismo por los tres días restantes del evento, a pesar de que el campo no era el familiar ‘Bear Trap’ al que estaba acostumbrado.
A medida que avanzamos más allá de la mitad del torneo, ¿podrá Berger mantener su impulso? ¿O seguirá los pasos de Åberg, donde la fatiga le robó una victoria casi segura? Aunque este último escenario sería sin duda una amarga píldora para tragar, la resiliencia de Berger frente a la adversidad hace que sea demasiado pronto para descartarlo.
A pesar de los obstáculos – bolas de golf desaparecidas, agotamiento y un campo exigente – Berger sigue en la competencia. Está a solo dos golpes de la cabeza con 11 bajo par, demostrando una notable resiliencia incluso cuando su estado físico era menos que óptimo. El analista de golf Rick Gehman destacó cómo el juego de Berger se mantuvo sólido a pesar de estas adversidades, atribuyendo su rendimiento a un estilo de juego de «Daniel Berger vintage».
Con 36 hoyos restantes, Berger enfrenta una prueba crucial. ¿Puede mantener el impulso? ¿Será suficiente una buena comida, descanso y una estrategia de bocadillos bien planificada para mantener sus niveles de energía? Solo el tiempo lo dirá. Lo que es seguro, sin embargo, es que Berger ha demostrado su capacidad para manejar situaciones inesperadas y desafiantes – desde bolas de golf atascadas en palmeras hasta luchar contra el agotamiento. La verdadera prueba es si puede sostener esto a lo largo del resto del fin de semana.