Laslo Djere, el maestro del tenis de 29 años, estaba radiante de alegría tras conseguir su primer título ATP en medio decenio en Santiago. El triunfo de Djere estaba impregnado de alivio y reflexión, ya que confesó que hubo momentos en el pasado reciente en los que estuvo al borde de colgar la raqueta para siempre.
Rebobinando seis años, el talentoso serbio estaba en la cima. Había sorprendido al mundo del tenis con una actuación notable en el torneo ATP 500 en Río de Janeiro, capturando su primer título y catapultándose a un ranking personal de 27 a nivel mundial. Avanzando rápidamente a 2020, Djere celebraba su segunda victoria en un título, esta vez en Cerdeña.
Sin embargo, este pasado domingo marcó un hito significativo en la carrera de Djere. Después de una intensa batalla contra Sebastián Báez, emergió victorioso con un marcador de 6-4 3-6 7-5 en la final del torneo ATP 250 en Santiago. Esta victoria, tras una larga espera de cinco años, fue dulce.
Reflexionando sobre su tumultuoso viaje, el número 74 del mundo admitió: “Me hicieron creer que el final de mi carrera estaba más cerca de lo que inicialmente pensé. Siempre había imaginado jugar hasta los 35 o 36 años, pero mi confianza se vio seriamente afectada.”
Tras su segundo triunfo en el título, Djere se enfrentó a graves problemas en el codo que eventualmente requirieron cirugía. Este contratiempo tuvo un impacto significativo en su rendimiento, y hasta salió del top-100 el pasado agosto.
Sin embargo, la fortuna de Djere ha dado un giro dramático en las últimas dos semanas. Primero, impresionó con una aparición en semifinales en Buenos Aires, y luego se lanzó con todo en Santiago, logrando el título. Con este resurgimiento, el titular de tres títulos ATP está de vuelta en el top-100.
“La vuelta a la forma estuvo llena de desafíos, no solo por mi codo. Cada vez que pisaba la cancha, me asaltaban nuevos dolores en diferentes áreas de mi cuerpo,” compartió con franqueza. “Tuve que lidiar con múltiples lesiones, y este último título fue completamente inesperado. Fue una grata sorpresa.”
Ahora, la ferviente esperanza de Djere es mantener su condición física y continuar su trayectoria ascendente en la forma. A pesar de los obstáculos encontrados, su reciente victoria simboliza un regreso triunfante a la forma, un testimonio de su perseverancia y tenacidad. Esta historia de resiliencia y determinación seguramente inspirará a los aficionados al tenis en todo el mundo y los mantendrá en ansiosa anticipación de las futuras hazañas de Djere en la cancha.