La sensación del golf australiano Cameron Smith habló sobre su camino hacia el triunfo en el Open Championship hace tres años, una victoria que consolidó su lugar entre la élite del deporte. A pesar de enfrentarse a rivales formidables como Viktor Hovland y Rory McIlroy, la actuación de Smith fue nada menos que espectacular, lo que llevó a una victoria inesperada en el torneo.
En una conversación sincera con Man of Many, Smith arrojó luz sobre la montaña rusa emocional que fue el último día del torneo. Reconoció que la magnitud de la situación no le impactó hasta los hoyos finales, aunque logró mantener sus nervios bajo control.
“No estaba significativamente nervioso al inicio del último día. Estar bastante atrás requería que jugara un golf de primer nivel, lo que, curiosamente, me liberó para ser más agresivo en el campo”, reveló Smith.
Sin embargo, la presión inevitablemente aumentó a medida que el torneo se acercaba a su fin. “La intensidad de los nervios ciertamente escaló con solo tres o cuatro hoyos restantes. Fue indudablemente angustiante. La carga de no haber ganado un major antes, y todos los pensamientos que lo acompañan, puede ser bastante abrumadora. Hay un contraste marcado en cómo me sentí al inicio y al final del día”, compartió.
La actuación de Smith durante la ronda final fue sobresaliente, particularmente durante los últimos nueve hoyos donde logró cinco birdies. Sin embargo, el público no estaba de su lado, creando un desafío adicional para él. Pero para Smith, esta adversidad sirvió como un motivador en lugar de un obstáculo.
La experiencia de tener que realizar putts decisivos bajo el peso de la desaprobación del público fue angustiante, admitió Smith. Pero en sus palabras, “La antagonismo del público en realidad me impulsó. Me motivó a seguir adelante y, en última instancia, realmente quería llevarlo a casa.”
Este relato cautivador de Smith ofrece una mirada detrás de las escenas sobre la agilidad mental necesaria en el golf profesional, demostrando que la victoria a menudo va más allá del poder físico. La resiliencia del golfista australiano y su capacidad para prosperar bajo presión son cualidades que lo convierten en una fuerza a tener en cuenta en el green.