El PGA Tour está bajo fuego una vez más por problemas persistentes con el juego lento, ya que una serie de retrasos empañaron el prestigioso campeonato PLAYERS de $25 millones. Las estrellas del golf y los aficionados han expresado su frustración, exigiendo acción inmediata por parte de las autoridades.
Rory McIlroy acuñó el término «Una Epidemia» para describir el juego lento durante el Farmers Insurance Open, un sentimiento que fue respaldado por la comentarista Dottie Pepper. Ella argumentó que se debería introducir un nuevo término, «respeto», en la conversación, destacando su importancia para los competidores, los aficionados y los comentaristas. El problema volvió a surgir durante el AT&T Pebble Beach Pro-Am, donde se mencionó el ritmo lento del golfista Tom Kim.
El problema se intensificó durante el Waste Management Phoenix Open, que se vio obligado a detener las actividades debido a la oscuridad. Los aficionados se apresuraron a señalar que el retraso no se debía al sol poniente, sino al ritmo de caracol del juego. Este clamor se intensificó cuando el campeonato PLAYERS enfrentó un problema similar, suspendiendo la primera ronda debido a la oscuridad. Esto dejó a jugadores como Max McGreevy y Ryan Gerard incapaces de completar su ronda inaugural, que estaba programada para reanudarse al día siguiente.
Jay Monahan, Comisionado del PGA Tour, abordó el problema durante su conferencia de prensa anual previa al campeonato PLAYERS. Prometió el compromiso de la liga para acelerar el juego y anunció planes para publicar estadísticas relacionadas con la velocidad más adelante en la temporada. Monahan también mencionó la introducción de telémetros a partir del mes siguiente para agilizar el cálculo de distancias al green.
Sin embargo, los aficionados no están satisfechos. Se volcaron a las redes sociales, expresando su ira por la incapacidad del PGA Tour para abordar el problema de manera oportuna. Hicieron un llamado a la implementación de un reloj de tiro, una solución popularizada por TGL para contrarrestar el juego lento.
El problema del juego lento no es exclusivo del PGA Tour. Otros organismos de golf como LIV Golf y LPGA también han encontrado problemas similares. LIV Golf impone el ritmo con estrictas penalizaciones por golpes, mientras que LPGA ha establecido un nuevo comité de ritmo de juego para implementar cambios. Sus nuevas reglas estipulan una penalización por exceder el límite de tiempo de 40 segundos, con castigos más severos por retrasos que superen los 15 segundos.
La inacción del PGA Tour ha levantado cejas, con aficionados cuestionando por qué no se han implementado medidas similares. Algunos temen que, sin una acción inmediata, los retrasos se conviertan en una ocurrencia semanal, empañando la reputación de eventos prestigiosos como el Valspar Championship y el Texas Children’s Houston Open.
Andy Weitz, el Director de Marketing del PGA Tour, aseguró a los aficionados que sus preocupaciones están siendo atendidas. Sin embargo, advirtió que tomará tiempo para que los cambios surtan efecto. Hasta entonces, tanto aficionados como jugadores tendrán que lidiar con los efectos disruptivos del juego lento, proyectando una sombra sobre los prestigiosos torneos que se avecinan.