Collin Morikawa, la sensación del golf de 28 años, se ha visto recientemente envuelto en una tormenta mediática tras su decisión de abstenerse de entrevistas. La controversia surgió cuando Morikawa expresó su deseo de evitar la interacción con los medios para mantener el enfoque en su juego y alejarse de comentarios negativos. Su inesperada postura sobre el compromiso con los medios provocó un acalorado debate entre expertos de la industria, desencadenando críticas agudas de figuras prominentes como Brandel Chamblee, Paul McGinley y Rocco Mediate.
El furor comenzó cuando Morikawa, que aún no ha conseguido una victoria a pesar de repetidos casi logros, declaró abiertamente su negativa a participar en entrevistas. Justificó su posición diciendo: «Entiendo su papel en desmenuzar nuestro juego, pero desde mi perspectiva, simplemente no deseo participar en conversaciones. Creo que tengo el derecho de tomar esa decisión.»
El veterano analista de golf, Brandel Chamblee, se mostró molesto por la declaración de Morikawa. Chamblee opinó: «Al enterarme de que rechazó la entrevista, me recordé de jugadores que soportaron pérdidas mucho más aplastantes y significativas, pero que lograron recuperar su compostura y relacionarse con los medios de manera cortés. El acto no se trata solo de apaciguar a la prensa; también se trata de proporcionar a los fans, patrocinadores y a la comunidad golfística en general una visión del elemento humano de la derrota.» El sentimiento de Chamblee parecía reflejar la sensación general de descontento alimentada por la decisión de Morikawa.
Intensificando aún más la crítica, los profesionales del golf Paul McGinley y Rocco Mediate también expresaron su desaprobación. Sin embargo, esta ola de reacciones no disuadió a Morikawa. Abordó el tema de manera directa en una entrevista reciente, afirmando sin disculpas: «Puede que me arrepienta de decir esto, pero a Brandel Chamblee, Paul McGinley, Rocco Mediate y otros que han criticado mi postura – no tengo arrepentimientos. Mi declaración puede haber sido contundente al afirmar que ‘no le debo nada a nadie’, pero esa sigue siendo mi posición.»
La respuesta franca de Morikawa a sus críticos solo ha servido para mantener viva la controversia. Su postura inflexible sobre mantener su espacio personal, a pesar de las posibles consecuencias, ha añadido una nueva dimensión al discurso en curso sobre los atletas y sus obligaciones hacia el compromiso con los medios.