El profesional del PGA Tour, Justin Thomas, ha expresado durante mucho tiempo su preocupación por la distancia percibida entre el deporte del golf y su ferviente base de aficionados. La propuesta de Thomas para cerrar esta brecha incluía más entrevistas durante la ronda y un mayor compromiso en redes sociales por parte de los jugadores. Sin embargo, estas sugerencias fueron recibidas con escepticismo por algunos sectores, con críticos como el veterano corresponsal de golf Michael Bamberger argumentando a favor de la preservación de la pureza competitiva tradicional del golf.
En un giro sorprendente, sin embargo, el reciente Campeonato de los Jugadores parece haber validado la perspectiva de Thomas, aunque de una manera inesperada. No fueron las entrevistas durante la ronda ni los intercambios en redes sociales los que capturaron la atención de los espectadores, sino la impresionante actuación de Rory McIlroy, que culminó en un premio victorioso de 4.5 millones de dólares.
El evento transmitido por NBC vio un ligero aumento en las calificaciones en comparación con el año anterior. Las cifras de audiencia, según lo informado por Josh Carpenter de Sports Business Journal, mostraron un aumento de 3.5 millones a 3.6 millones en el domingo de la ronda final. La audiencia máxima a las 7 p.m. vio un aumento de 6 millones a 6.2 millones. El fin de semana promedió más de 3 millones de espectadores. Estas cifras, aunque no son un gran salto, indican un interés constante en el deporte.
Sin embargo, fue la actuación de McIlroy, tanto dentro como fuera del green, la que pareció conectar con los espectadores. En particular, su enfrentamiento con un heckler durante una ronda de práctica hizo titulares. El aficionado, Luke Potter, mencionó el desgarrador colapso de McIlroy en el Masters de 2011, lo que llevó a una tensa confrontación en la que McIlroy tomó el teléfono de Potter y se alejó.
El incidente provocó un debate, con algunos defendiendo la reacción de McIlroy como justificada, mientras que otros lo criticaron por no haber superado la burla. En una entrevista sincera, McIlroy no evadió el tema, afirmando: «No creo que haya una manera de olvidar tus errores… Supongo que solo intento visualizar y concentrarme en lo que quiero hacer en lugar de pensar en lo que no quiero hacer o en lo que he hecho antes.»
Este vistazo a la mentalidad de McIlroy, su disposición a admitir vulnerabilidad y su determinación para enfrentar sus defectos parecieron resonar con los espectadores. Su capacidad para recuperarse de la adversidad, demostrada a través de su impresionante victoria en el Players Championship, fue un claro testimonio de su resiliencia.
En resumen, mientras el debate sobre la accesibilidad del golf continúa, el reciente Players Championship demuestra que el atractivo del deporte puede residir no solo en su pureza competitiva, sino también en las historias humanas que se desarrollan en el green. Y si los números de audiencia son alguna indicación, los aficionados parecen apreciar ambos aspectos. Esto podría ser una señal para el PGA Tour y sus jugadores para considerar el equilibrio entre la tradición y la conexión con los aficionados mientras dan forma al futuro del deporte.