Cuando se trata de exhibiciones espectaculares de habilidad en el campo de golf, el tiro de skip de Jon Rahm a través del estanque en el hoyo 16 de Augusta National en 2020 se destaca. El tiro hipnotizante, que rebotó cuatro veces en la superficie del agua antes de rodar hacia el green y hundirse para un hoyo en uno, dejó a la comunidad golfística asombrada. ¿La guinda del pastel? Este momento mágico ocurrió en el 26 cumpleaños de Rahm.
Mientras que puedes pensar que un tiro así es producto de la suerte, hay toda una ciencia detrás de ello. Rickie Fowler, un compañero golfista profesional que fue testigo del momento histórico de Rahm, revela el secreto de la técnica. Según Fowler, el secreto radica en la distribución del peso y la postura.
«Me posiciono en el medio a un poco detrás del medio con una postura ligeramente abierta, lo que ayuda a pasar por la bola,» revela Fowler. Esto se combina con un desplazamiento del peso hacia adelante, lo que ayuda a mantener un contacto nivelado con el suelo. ¿El resultado? La cabeza del palo se mueve casi paralela a la superficie del agua, creando un ángulo de ataque ideal y poco profundo.
Los golfistas amateurs a menudo cometen el error de golpear la bola de manera demasiado empinada, lo que provoca que se hunda directamente en el agua. Sin embargo, Fowler elige meticulosamente un lugar de aterrizaje a unos 10-12 yardas de distancia. Esta posición estratégica asegura que la bola tenga suficiente impulso para múltiples saltos sin ser demasiado superficial.
El hoyo 16 en Augusta se ha convertido en un favorito del público para espectaculares tiros de skip durante la semana del Masters. La tradición, que comenzó con Lee Trevino a mediados de los 80 o Gary Cowan en 1972, ha visto momentos increíbles. Vijay Singh fue el primero en lograr un hoyo en uno con este tiro de truco durante una práctica del Masters en 2009, seguido por Martin Kaymer en 2012. Rahm se convirtió en el tercer miembro de este grupo de élite en 2020.
La tradición también ha visto algunos intentos divertidos. Notablemente, Phil Mickelson una vez apuntó a una tortuga cerca del green, mientras que Camilo Villegas y Cameron Tringale casi lograron realizar saltos simultáneos.
Pero, ¿qué hace posible esta increíble jugada? Todo se trata de la física. Similar a saltar piedras en un lago, una pelota de golf, cuando se golpea a la velocidad y ángulo correctos (alrededor de 13-16 grados), crea un pequeño bolsillo de aire que le permite rebotar en lugar de hundirse. Sin embargo, encontrar la velocidad perfecta es un equilibrio delicado: demasiado lento, y la pelota se hundirá; demasiado rápido, y puede saltar de manera incontrolable.
Esta jugada poco convencional, que comenzó como un truco divertido, se ha convertido en una querida tradición del golf. Sirve como un recordatorio de que incluso en torneos de alto riesgo, el golf está destinado a ser divertido. Entonces, ¿alguna vez has intentado hacer que una pelota de golf salte sobre el agua? Nos encantaría escuchar tus experiencias e historias en la sección de comentarios.