El público del Abierto de Australia quedó con el corazón roto después de que Thanasi Kokkinakis, uno de sus héroes locales, cayera ante Jack Draper en un agotador thriller de cinco sets. La derrota de 6-7, 6-3, 3-6, 7-5, 6-3 no fue solo otra salida en la primera ronda; fue un microcosmos de la carrera de Kokkinakis, una historia marcada por destellos de brillantez ensombrecidos por lesiones persistentes.
Lesiones: La Maldición de Kokkinakis
Con solo 28 años, Kokkinakis debería estar en la cúspide de su carrera. En cambio, se encuentra contemplando un futuro incierto, plagado de una grave lesión pectoral que generó dudas sobre su participación en el torneo de este año. A pesar de la lesión, Thanasi, impulsado por el deseo de actuar frente a su público local, llevó su cuerpo al límite.
«Tomé un millón de analgésicos para intentar mejorar la situación,» admitió Kokkinakis después del partido. «Pero no puedo seguir jugando así. Cada vez que encadeno un par de partidos, el dolor se vuelve insoportable.»
Una Batalla que Se Escapó
En lo que pudo haber sido uno de los momentos más inspiradores del torneo, Kokkinakis estuvo agonizantemente cerca de derrotar a Draper. Estuvo a solo un juego de servicio de sellar la victoria en el cuarto set, solo para que la lesión hiciera su aparición. A medida que avanzaba el partido, el australiano luchaba visiblemente, sus limitaciones físicas impidiéndole mantener su nivel contra la estrella británica en ascenso.
La derrota fue un duro recordatorio de la promesa no cumplida de Kokkinakis. “Creo que mañana ni siquiera podré levantar mi brazo,” dijo, con su voz teñida de resignación y frustración.
Destellos de Brillantez en Medio de las Luchas
Para un jugador alguna vez aclamado como uno de los prospectos más talentosos de Australia, la carrera de Kokkinakis ha sido una historia de «lo que podría haber sido.» Cuando estaba sano, su talento era innegable. Su impresionante victoria sobre Roger Federer en el Miami Open de 2018 sigue siendo un punto culminante en una carrera salpicada de momentos de genialidad que fueron demasiado raros.
Sin embargo, las lesiones le han robado repetidamente la oportunidad de generar impulso. Las cirugías de hombro, desgarros pectorales y otros contratiempos físicos lo han limitado a apariciones esporádicas en el circuito. Cada vez que Kokkinakis parecía estar listo para un avance, su cuerpo lo traicionaba.
¿Qué sigue para Kokkinakis?
Thanasi ahora enfrenta una difícil decisión. Su última lesión parece requerir más que un breve período de recuperación; podría necesitar un largo descanso o incluso una reevaluación completa de su carrera. Sus sinceros comentarios después del partido reflejaron la seriedad de su situación:
«Tengo que detenerme y pensar cuidadosamente sobre mi futuro. Si sigo jugando en estas condiciones, corro el riesgo de empeorar y tener problemas en mi vida diaria.»
Para un jugador que ya ha soportado más que su parte justa de contratiempos, la perspectiva de otro viaje de recuperación es desalentadora. Aun así, Kokkinakis ha demostrado una y otra vez que su espíritu de lucha es tan resistente como su cuerpo es frágil.
El apoyo de una nación perdura
A pesar de la derrota y la nube de incertidumbre que pesa sobre su futuro, el público de Melbourne mostró un apoyo inquebrantable a Kokkinakis, reconociendo los sacrificios que hizo para pisar la cancha. Sus vítores no eran solo por su desempeño; eran por su valentía, su resiliencia y su amor por el juego.
Mientras Kokkinakis se aleja para evaluar sus opciones, una cosa sigue siendo cierta: Australia siempre animará a su campeón de «¿qué pasaría si?», un jugador cuyo talento inspiró a tantos, incluso frente a la adversidad implacable.