El príncipe Harry, el duque de Sussex, está actualmente envuelto en una batalla legal contra el gobierno del Reino Unido debido a la reducción de las medidas de seguridad para él y su familia desde febrero de 2020. En un giro interesante de los acontecimientos, su equipo legal podría utilizar el caso de Taylor Swift como precedente para ayudar a revertir esta decisión. Cuando Swift enfrentó un grave problema de seguridad durante sus conciertos de la Eras Tour en el estadio de Wembley en agosto, se le proporcionaron escoltas policiales. Esta respuesta llegó después de que un complot terrorista llevó a la cancelación de tres de sus fechas de la gira en Austria.
Harry, de 40 años, ha estado luchando con este problema en los tribunales durante más de cuatro años. Aunque inicialmente perdió el caso en abril, actualmente está apelando la decisión, con la audiencia programada para la primavera de 2025. Según una fuente cercana a la situación, Harry quiere garantizar la seguridad de él y su familia mientras están en el Reino Unido, permitiendo que sus hijos experimenten su país de origen y permitiéndole continuar trabajando con sus organizaciones benéficas sin miedo.
La fuente destaca además que hay inconsistencias significativas en cómo se toman las decisiones de protección por parte de las autoridades del Reino Unido. El hecho de que a Taylor Swift se le otorgaran escoltas policiales armados durante sus actuaciones en el estadio de Wembley en agosto de 2024 plantea preguntas sobre la transparencia y la coherencia dentro del proceso. El informante añade que el príncipe Harry está siendo tratado de manera diferente a los demás y enfatiza la necesidad de un enfoque más sistemático y transparente en las decisiones de protección.
La Policía Metropolitana declaró que su proceso de toma de decisiones se basa en una evaluación exhaustiva de la amenaza, el riesgo, el daño y las circunstancias individuales. Sin embargo, no comentan sobre detalles específicos relacionados con los arreglos de seguridad protectora. Este problema de seguridad en curso también ha empeorado el distanciamiento del Príncipe Harry de su padre, el Rey Carlos. Durante su visita al Reino Unido en mayo, Harry intentó discutir este asunto con Carlos, ya que cree que el rey tiene el poder de restablecer su seguridad a niveles anteriores. Sin embargo, el Palacio de Buckingham se ha negado a comentar sobre las provisiones de seguridad y ha aclarado que la noción de que Carlos es responsable de la seguridad de Harry es incorrecta.
El equipo de Harry argumenta que su nivel de amenaza sigue siendo alto, a pesar de su rol no laboral dentro de la familia real. Tras haber servido en dos misiones en Afganistán, se convirtió en un objetivo de amenazas terroristas, y su familia también ha enfrentado amenazas de extremistas domésticos. Neil Basu, exjefe de contraterrorismo de la Policía Metropolitana, reconoció que tanto Harry como Meghan tenían una de las evaluaciones de amenaza más altas dentro de la familia real. Basu declaró que el servicio militar de Harry, su reconocimiento global y su matrimonio con una mujer de raza mixta contribuyen a su elevado nivel de amenaza.
La decisión de reducir la seguridad de Harry y Meghan fue tomada por un comité llamado RAVEC (Revisión y Evaluación de Vulnerabilidades en Comunidades Expuestas). Este comité incluye representantes del Ministerio del Interior (equivalente al Departamento de Seguridad Nacional en EE. UU.), la Policía Metropolitana y la Casa Real. Aunque el Rey Carlos no tiene participación directa en RAVEC, miembros de su personal forman parte de este comité. El gobierno ha mantenido que proporciona medidas de seguridad rigurosas y proporcionales, pero se abstiene de divulgar detalles específicos para proteger la seguridad de los individuos.
El Príncipe Harry continúa su lucha por medidas de seguridad aumentadas a través de medios legales, utilizando el caso de Taylor Swift como un ejemplo de la toma de decisiones inconsistente en relación con la protección. El resultado de esta batalla en curso tendrá implicaciones significativas no solo para el Príncipe Harry, sino también para la forma en que se toman las decisiones de seguridad para los miembros de la familia real en el futuro.