El dolor en el Aeropuerto Internacional de Muan es palpable mientras las familias de las víctimas del accidente de Jeju Air lidian con el duelo y las preguntas sin respuesta. En medio del caos de identificar los restos de 179 víctimas, la frustración aumenta por los retrasos, con los seres queridos exigiendo cierre y claridad sobre cómo ocurrió una tragedia tan devastadora.
Un Accidente Mortal con Preguntas Sin Respuesta
En la mañana del domingo, el Boeing 737-800 de Jeju Air se estrelló mientras intentaba aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Muan, saliéndose de la pista y chocando contra una barrera de concreto. El horrible accidente cobró 179 vidas, dejando solo dos sobrevivientes entre los 181 pasajeros y tripulación.
La tragedia marca el desastre aéreo más mortífero en suelo surcoreano, superando el accidente de Asiana Airlines en 1993.
El Duelo se Convirtió en Ira en el Aeropuerto
Cientos de familiares se han reunido en el aeropuerto, desesperados por ver los restos de sus seres queridos. Las tensiones estallaron cuando el superintendente general de policía Na Won-o explicó el meticuloso proceso de identificación, citando el estado de los restos como la razón del retraso.
Algunas familias expresaron ira e incredulidad:
- Shin Gyu-ho, quien perdió a su yerno y a dos nietos, compartió su angustia: “Me dijeron que mis nietos están ‘demasiado dispersos para ser reconocidos.’”
- Otro padre en duelo cuestionó por qué el cuerpo de su hija aún no había sido liberado, mientras que otros exigían una identificación más rápida, incluso si los restos estaban incompletos.
Las Víctimas: Familias y Futuros Perdidos
Las víctimas tenían edades que oscilaban entre tres y setenta y ocho años, siendo la mayoría surcoreanos que regresaban a casa después de celebraciones navideñas en Tailandia. Las trágicas historias incluyen:
- Jeon Je-young, quien perdió a su hija, Mi-Sook. Identificada por sus huellas dactilares, Mi-Sook había estado en un viaje festivo con amigos. “Casi estaba en casa,” lamentó Jeon.
- Maeng Gi-su, quien perdió a su sobrino y a los dos hijos del sobrino. “No puedo creer que toda la familia haya desaparecido,” dijo el hombre de 78 años.
- Jongluk Doungmanee, una trabajadora agrícola tailandesa en Corea del Sur, que regresaba de visitar a su padre enfermo. Su muerte dejó a su familia en shock y desesperación.
Los sobrevivientes y testigos hablan
Los únicos dos sobrevivientes—un hombre de 33 años y una azafata de 25 años—fueron rescatados de la sección de cola, la parte más intacta de los restos. Ambos están recibiendo tratamiento por sus heridas, aunque se encuentran en condición estable.
Los testigos relataron los momentos horripilantes:
- Yoo Jae-yong, un transeúnte, vio chispas en el ala derecha justo antes del accidente.
- Kim Yong-cheol informó que el avión inicialmente falló en aterrizar y intentó un segundo aterrizaje antes del trágico accidente.
- Un bombero en el lugar describió la devastación: “Nunca he visto algo de esta magnitud.”
¿Qué salió mal?
La causa del accidente sigue bajo investigación. Los funcionarios han confirmado que el avión emitió un llamado de mayday debido a un impacto de aves, lo que probablemente dañó sistemas críticos. Sin embargo, la falla del tren de aterrizaje y la decisión de intentar aterrizar en una pista de cemento en lugar de en el terreno más blando circundante han suscitado preguntas sobre el juicio del piloto.
La Nación Llora Ante el Creciente Clamor de Responsabilidad
Corea del Sur ha declarado un período de duelo de siete días, con el gobierno ofreciendo pruebas de ADN, servicios funerarios y alojamiento temporal para las familias en duelo. Sin embargo, en medio de las condolencias, hay llamados a obtener respuestas:
- ¿Podría haberse evitado el accidente con una mejor capacitación de los pilotos o protocolos de mantenimiento?
- ¿Estaba el aeropuerto adecuadamente preparado para manejar tales emergencias?
- ¿Deberían reevaluarse las regulaciones de seguridad aérea en Corea del Sur?
Cierre Ante una Pérdida Insoportable
Para las familias, el dolor es inconmensurable. Mientras esperan para dar descanso a sus seres queridos, las trágicas historias de quienes viajaban en el vuelo 7C2216 sirven como un sombrío recordatorio de la fragilidad de la vida—y la imperiosa necesidad de respuestas para prevenir que un desastre así vuelva a ocurrir.
“Solo queremos que regresen a casa,” dijo un padre en duelo. “Incluso si se han ido, queremos que regresen a casa.”