En un sorprendente cambio de tono, el Secretario de Relaciones Exteriores británico David Lammy, quien alguna vez criticó a Donald Trump como un “tirano con peluca,” alabó al presidente electo de EE. UU. el lunes. Hablando con BBC Radio 4 solo unas horas antes de la inauguración de Trump, Lammy describió al presidente electo como “gracioso, generoso y muy cálido con respecto al Reino Unido.”
Los comentarios marcan un cambio dramático para Lammy, quien en sus días como diputado de la oposición, etiquetó a Trump como un “mentiroso en serie,” “xenófobo,” y “no amigo de Gran Bretaña.” Ahora, como el principal diplomático de Gran Bretaña bajo el Primer Ministro Keir Starmer, Lammy parece ansioso por reparar relaciones con el hombre que está a punto de liderar la nación más poderosa del mundo.
Un giro diplomático
El nuevo afecto de Lammy por Trump parece estar arraigado en una reunión cara a cara el año pasado, la cual el secretario de relaciones exteriores describió como un punto de inflexión en su percepción del republicano.
“El Donald Trump que conocí fue increíblemente amable, ansioso por ser un buen anfitrión y muy gracioso,” dijo Lammy, añadiendo que Trump habló con cariño sobre el Reino Unido, su familia real y Escocia, donde el ex presidente posee un resort de golf.
Lammy también destacó su incipiente relación con el próximo Vicepresidente J.D. Vance, enfatizando la importancia de fortalecer los lazos entre EE. UU. y el Reino Unido.
“Te va a costar encontrar a algún político que no tuviera cosas que decir sobre Donald Trump en su momento”, bromeó Lammy, buscando restar importancia a sus críticas anteriores.
Keir Starmer extiende una rama de olivo
El Primer Ministro Keir Starmer, líder del Partido Laborista de centro-izquierda de Gran Bretaña, también adoptó un tono conciliador, ofreciendo a Trump “las más cálidas felicitaciones” y elogiando su “afecto de larga data y lazos históricos con el Reino Unido.”
En una declaración emitida durante la noche, Starmer se comprometió a construir sobre los “fundamentos inquebrantables” de la alianza entre EE.UU. y el Reino Unido, enfatizando la colaboración en los desafíos globales y las oportunidades compartidas de crecimiento.
Este es un notable giro para Starmer, quien anteriormente había chocado con el donante de Trump y el próximo zar de eficiencia del gobierno Elon Musk debido a desacuerdos de políticas.
Conservadores británicos se reúnen para el gran día de Trump
Mientras que la presencia oficial del gobierno del Reino Unido en la inauguración se limitará a la embajadora saliente Karen Pierce, una multitud de figuras conservadoras británicas han acudido a Washington para la ocasión.
Entre ellos se encuentran Nigel Farage, líder de Reform UK y un aliado de Trump desde hace mucho tiempo; Priti Patel, Secretaria de Relaciones Exteriores en la sombra del Partido Conservador; y los ex Primeros Ministros Boris Johnson y Liz Truss. También está presente la diputada conservadora Suella Braverman, una defensora vocal de las políticas de Trump.
Su presencia subraya los lazos perdurables entre Trump y la derecha política británica, que a menudo lo ha visto como un disruptor alineado con sus propias ambiciones populistas.
Un delicado acto de equilibrio
Los esfuerzos de Lammy y Starmer por reconstruir puentes con Trump reflejan las realidades geopolíticas de la posición del Reino Unido en la era posterior al Brexit. Con la nación buscando consolidar acuerdos comerciales y asociaciones fuera de la Unión Europea, se considera esencial una relación sólida con EE. UU.
Aún así, el abrupto giro de Lammy ha generado críticas desde algunos sectores, con escépticos acusándolo de sacrificar principios por pragmatismo. Si la ofensiva de encanto da sus frutos dependerá de las políticas y el tono que Trump adopte al comenzar su segundo mandato.
Por ahora, el mundo está observando cómo los líderes británicos navegan este nuevo capítulo en la «relación especial».
