En el corazón de uno de los conflictos más volátiles de Oriente Medio, Estados Unidos ha dado un paso al frente con un plan decisivo para abordar la crisis en escalada en Siria. El Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan reveló el sábado que las principales prioridades de Washington son detener el resurgimiento del ISIS, proteger a los aliados regionales y prevenir una catástrofe humanitaria mientras la guerra civil del país toma un nuevo giro explosivo.
Siria ha caído nuevamente en el caos, con rebeldes liderados por islamistas haciendo un avance audaz y rápido hacia Damasco. A medida que llegan informes sobre el cerco de la capital, las preocupaciones aumentan de que la inestabilidad podría desencadenar una nueva ola de amenazas globales. Esto ha llevado a la administración Biden a reforzar su compromiso de asegurar sus intereses y garantizar la estabilidad en una región históricamente marcada por el conflicto y la agitación.
Una Amenaza Renovada: ISIS Ve una Oportunidad
Sullivan advirtió que la agitación actual presenta un terreno fértil para que el ISIS se reagrupe y resurja. “En su peor momento, hemos visto lo que sucede cuando el conflicto en Siria se sale de control: el ISIS apareció en la escena y creó devastación”, dijo Sullivan durante el Foro Nacional de Defensa Reagan en California.
Estados Unidos está comprometido a prevenir la repetición de esa pesadilla. «Estamos trabajando directamente con las Fuerzas Democráticas Sirias—los aliados kurdos que fueron fundamentales en la derrota del ISIS—para asegurar que el grupo militante no explote la crisis actual,” confirmó Sullivan.
Protegiendo a los Aliados y Conteniendo el Desbordamiento
Los efectos colaterales de la implosión de Siria están siendo monitoreados de cerca en toda la región. Israel, Jordania e Irak, aliados clave de EE. UU. y estados vecinos, enfrentan riesgos elevados de violencia desbordante. Sullivan señaló que Washington está en comunicación diaria con estas naciones para proporcionar apoyo estratégico y reforzar defensas contra amenazas potenciales.
EE. UU. también se centra en mantener la estabilidad en las zonas desmilitarizadas establecidas a lo largo de las fronteras de la región, especialmente a medida que las fuerzas leales al presidente sirio Bashar al-Assad supuestamente se retiran de áreas cercanas a los Altos del Golán, anexados por Israel.
Una Carrera Contra el Desastre Humanitario
Más allá de las preocupaciones inmediatas de seguridad, Sullivan destacó la necesidad de evitar una crisis humanitaria a gran escala. Con miles de personas desplazadas y reportes de sufrimiento civil que emergen de áreas ocupadas por rebeldes, EE. UU. está priorizando medidas para asegurar el acceso a la ayuda y proteger a las comunidades vulnerables, incluidas las minorías religiosas y étnicas.
“Debemos actuar rápidamente para garantizar el acceso a necesidades que salvan vidas y prevenir más pérdidas humanas en lo que ya es una situación crítica”, enfatizó Sullivan.
La Postura Contrastante de Trump: ‘No Es Nuestra Lucha’
En medio de estos desarrollos, el presidente electo Donald Trump ha adoptado un tono marcadamente diferente. Declarando en su plataforma Truth Social que Siria es “un desastre” y “no es nuestra pelea,” Trump ha señalado una fuerte oposición a la participación de EE. UU.
Durante una visita a París, Trump reafirmó su postura aislacionista, sugiriendo que América debería mantenerse alejada del conflicto. “ESTA NO ES NUESTRA PELEA,” escribió el expresidente, contrastando drásticamente con el enfoque matizado de la administración Biden de contención y cooperación regional.
Acto de Equilibrio en Transición
A medida que Washington se prepara para el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero, la aguda divergencia en los enfoques de política exterior plantea preguntas sobre el futuro del compromiso de EE. UU. en Siria. Sullivan, al reconocer la complejidad de la situación, reafirmó que el enfoque de América seguirá siendo garantizar la seguridad de sus aliados y proteger la estabilidad global.
“Esto se trata de contener la violencia, asegurar nuestros intereses y garantizar que ISIS no obtenga una nueva oportunidad,” afirmó Sullivan.
Con las apuestas más altas que nunca, el drama que se desarrolla en Siria no es solo una prueba de la política exterior de América, sino un momento definitorio para la estabilidad de toda la región. El mundo está observando de cerca cómo se desarrollará este juego de ajedrez de altas apuestas.