Una feroz rivalidad franco-alemana ha estallado en torno al acuerdo comercial de Mercosur, sumiendo a la Unión Europea en el caos mientras el presidente francés Emmanuel Macron se opone abiertamente a los esfuerzos de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, por finalizar el acuerdo.
Von der Leyen, alemana y jefa de la Comisión Europea, voló a Uruguay para impulsar el pacto comercial que ha estado estancado durante mucho tiempo con el bloque sudamericano Mercosur—Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Alemania considera que el acuerdo es vital para revitalizar su sector manufacturero en declive, pero Francia, liderada por Macron, teme que devastará su industria agrícola y enfurecerá a su población ya desilusionada.
“Esto es inaceptable en su forma actual,” declaró Macron después de hablar con von der Leyen, comprometiéndose a proteger la “soberanía agrícola.” Francia se ha opuesto durante mucho tiempo al pacto comercial, advirtiendo que inundaría los mercados europeos con pollo y carne de res latinoamericanos baratos, amenazando los medios de vida de los agricultores franceses.
La posición francesa, alimentada por la inestabilidad política interna, se ha vuelto más arraigada tras el reciente colapso del gobierno de Macron. Críticos en París acusan a von der Leyen de aprovechar la crisis para eludir la resistencia francesa. Christophe Grudler, un miembro del Parlamento Europeo alineado con Macron, calificó su momento como “un gran error,” acusándola de aprovecharse del estado debilitado de Francia.
La Apuesta Geopolítica de Alemania
Mientras tanto, Alemania ha aclamado el impulso de von der Leyen como una victoria para la credibilidad europea. “Este es un muy buen día para Alemania y Europa”, dijo Isabel Cademartori de los Socialdemócratas alemanes. Berlín ve el acuerdo con Mercosur como una oportunidad para asegurar mercados de crecimiento para sus industrias en dificultades y para reforzar el poder geopolítico de la UE frente a las crecientes presiones comerciales de China y EE. UU.
Las frustraciones de Alemania con la obstrucción francesa están a punto de estallar. Algunos funcionarios alemanes sugieren recuperar el control nacional sobre las negociaciones comerciales, un movimiento que socavaría una de las competencias centrales de la UE y desafiaría la estructura fundamental de la unión.
Se Avecinan Explosiones Políticas
A medida que las tensiones aumentan, las apuestas por la unidad europea son sin precedentes. Francia ha tratado de construir una minoría de bloqueo dentro de la UE, reclutando a Polonia para oponerse al acuerdo, pero fracasando en convencer a Italia. Sin suficientes votos para vetar el acuerdo, las opciones de Macron parecen limitadas.
Las consecuencias podrían ser sísmicas. François Chimits, economista del centro de investigación francés CEPII, advirtió que forzar el acuerdo provocaría «una explosión nuclear en la opinión francesa contra Europa», empoderando a la líder de extrema derecha Marine Le Pen y desestabilizando aún más a la UE.
La arriesgada jugada de von der Leyen concluirá en París, donde se espera que asista a la reapertura de la Catedral de Notre-Dame el sábado. Allí, podría enfrentarse a una recepción poco acogedora por parte de Macron, cuyo futuro político—y el de la UE—está en juego.