Olly Robbins, el funcionario público que se convirtió en un símbolo del tumulto de la era del Brexit, está de vuelta en el corazón del gobierno británico. Una vez etiquetado como «traidor» por los brexiteers más duros durante su mandato como el principal negociador del Brexit de Theresa May, Robbins ahora está preparado para liderar el Ministerio de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo (FCDO), un movimiento que ya ha encendido una nueva controversia.
El FCDO anunció el nombramiento de Robbins el miércoles, describiéndolo como un líder experimentado con «amplia experiencia en cuestiones económicas y de seguridad.» El Secretario de Relaciones Exteriores, David Lammy, elogió el nombramiento, alabando a Robbins por su probada experiencia y su agudeza diplomática.
Un Superviviente del Brexit Regresa al Escenario
La carrera de Robbins se lee como una clase magistral en la navegación de tormentas políticas. Una vez un funcionario público de alto vuelo preparado para las altas esferas de Whitehall, se convirtió en un pararrayos de la ira durante las negociaciones del Brexit. Sirviendo como Asesor de Europa de May desde 2017 hasta 2019, Robbins fue acusado por los brexiteers de favorecer a la UE y ejercer una influencia desproporcionada sobre la política del gobierno.
La reacción fue tan intensa que el entonces Secretario del Gabinete, Mark Sedwill, defendió públicamente a Robbins, calificando los ataques en su contra de una vergüenza y elogiando su «extraordinaria dedicación y profesionalismo.» Sin embargo, las cicatrices de esos años perduran, haciendo que el regreso de Robbins al gobierno sea tanto una vindicación como un desafío.
La Visión de Robbins para una Nueva Era
Después de un hiato de cinco años que incluyó una etapa con la consultoría Hakluyt, Robbins ha resurgido con un enfoque renovado en la diplomacia. En una declaración, expresó su entusiasmo por las «extraordinarias capacidades diplomáticas y de desarrollo» del Ministerio de Relaciones Exteriores y enfatizó la necesidad de adaptarse a los cambios globales.
“Regreso creyendo más que nunca en el valor de los principios del servicio público,” dijo Robbins. “Mantener el liderazgo del Reino Unido depende críticamente de entender y cooptar el ritmo de cambio evidente en el Reino Unido y en todo el mundo.”
Su nombramiento coincide con el esfuerzo del Primer Ministro laborista Keir Starmer por «reiniciar» la relación del Reino Unido con la Unión Europea, buscando vínculos más pragmáticos tras años de tensión. Se espera que el profundo conocimiento de Robbins sobre la diplomacia de la UE juegue un papel clave en estos esfuerzos.
¿Un Símbolo de Continuidad o Controversia?
Robbins asume el cargo de Philip Barton, un servidor público veterano con cuatro décadas de experiencia en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Su nombramiento marca un momento significativo para el gobierno de Starmer, que está guiando a Gran Bretaña hacia una era post-Brexit donde la destreza diplomática será primordial.
Sin embargo, el regreso de Robbins probablemente reavivará viejas quejas. Para los euroescépticos, sigue siendo una figura polarizadora cuya estrategia sobre el Brexit fue vista como excesivamente conciliadora. Para otros, representa lo mejor de Whitehall: imparcial, pragmático y profundamente comprometido con el servicio público.
El Camino por Delante para Robbins y el Reino Unido
A medida que Robbins asume este papel crítico, su capacidad para navegar tanto el escepticismo nacional como los desafíos internacionales será observada de cerca. Con el Reino Unido buscando reconstruir su posición global y redefinir sus lazos europeos, la experiencia de Robbins puede resultar invaluable—o divisiva.
Una cosa es cierta: Olly Robbins no es ajeno a la política de alto riesgo, y su regreso señala que el próximo capítulo de la diplomacia británica ya ha comenzado de manera dramática.