El nuevo presidente de Georgia, Mikheil Kavelashvili, una figura de extrema derecha y exfutbolista, fue inaugurado el domingo, consolidando la postura pro-rusa del partido gobernante Sueño Georgiano. La controvertida elección, boicoteada por la oposición y empañada por acusaciones de fraude, ha provocado protestas en todo el país y ha aumentado las tensiones políticas en la nación del Cáucaso del Sur.
Una Presidencia Polarizadora
La inauguración de Kavelashvili en el Parlamento Georgiano se produce mientras los líderes de la oposición y los ciudadanos pro-europeos claman que la elección es ilegítima. Al dirigirse al parlamento, Kavelashvili subrayó su agenda nacionalista, alabando las “tradiciones, valores y la santidad de la familia” de Georgia. Describió la paz como una piedra angular de la identidad georgiana, alineando su retórica con la plataforma pro-rusa y anti-UE del partido Sueño Georgiano.
Su predecesora, Salome Zourabichvili, quien ha sido vocal en su postura pro-europea, se negó a reconocer la presidencia de Kavelashvili.
“Este edificio fue un símbolo solo mientras un presidente legítimo estuviera sentado aquí,” dijo Zourabichvili, prometiendo continuar con sus deberes a pesar de ser amenazada con prisión por el Primer Ministro Irakli Kobakhidze.
Una Elección Controvertida
La elección presidencial se llevó a cabo a través de un colegio electoral controlado por Sueño Georgiano, con Kavelashvili como el único candidato. Los partidos de oposición boicotearon el proceso, alegando que estaba amañado desde el principio. La ausencia de competencia y la falta de transparencia han suscitado críticas contundentes de observadores internacionales y grupos de vigilancia, que ven el movimiento como otro paso hacia el autoritarismo en Georgia.
Protestas y conversaciones sobre la membresía en la UE suspendidas
Las protestas estallaron tras las elecciones de octubre y se intensificaron después de que el gobierno georgiano anunciara que detendría las negociaciones para la membresía en la UE, un movimiento que ha alienado a los ciudadanos proeuropeos y profundizado las divisiones dentro del país.
El sábado, Zourabichvili se unió a miles de manifestantes en toda Georgia para formar cadenas humanas en protesta por la instalación de Kavelashvili y el giro del gobierno lejos de la Unión Europea.
“Esta elección no es válida, así que sigo siendo presidenta y continúo haciendo mi trabajo,” dijo desafiante en un podcast el viernes.
El cambiante panorama político de Georgia
La inauguración señala una alineación más profunda con Moscú mientras Georgia se aleja cada vez más de las aspiraciones de la UE y la OTAN defendidas por la oposición y gran parte de su población. Los críticos advierten que el partido Georgian Dream está consolidando el poder a expensas de las instituciones democráticas, lo que genera preocupaciones sobre la estabilidad futura del país y su orientación geopolítica.
Implicaciones Regionales y Globales
El giro pro-Rusia de Georgia se produce en medio de una creciente inestabilidad regional, ya que el Cáucaso del Sur sigue siendo un punto focal de competencia geopolítica entre Rusia y las potencias occidentales. La decisión de suspender las conversaciones sobre la membresía en la UE ha suscitado la condena de los líderes europeos y ha puesto en duda la trayectoria a largo plazo de Georgia.
La presidencia de Kavelashvili, definida por su tono nacionalista y alineación con Moscú, marca un marcado alejamiento de las aspiraciones pro-europeas de los últimos años, dejando a Georgia en una encrucijada entre Oriente y Occidente.