Las tensiones entre Ucrania y Eslovaquia han alcanzado un punto crítico debido al tránsito de gas natural ruso, con Kyiv acusando a Bratislava de priorizar las ganancias sobre la solidaridad ante la invasión de Rusia a Ucrania. La disputa se centra en la negativa del Primer Ministro eslovaco Robert Fico a apoyar alternativas al tránsito de gas ruso, un movimiento que Kyiv alega ayuda directamente a los esfuerzos bélicos de Moscú.
Una Pregunta de $500 Millones
Eslovaquia, un jugador clave en la red de tránsito de gas europeo, supuestamente gana $500 millones anuales por facilitar el flujo de gas natural ruso a través de gasoductos hacia países como Hungría. Según un funcionario ucraniano cercano al presidente Volodymyr Zelenskyy, este ingreso se ha convertido en una piedra angular de la política nacional de Eslovaquia, incluso cuando otras naciones de la Unión Europea se están moviendo para romper su dependencia energética de Moscú.
«No se trata de seguridad en absoluto para Fico», dijo el funcionario. «Ucrania está perdiendo personas a causa de Rusia, y Fico quiere ganar dinero de una tarifa plana y ayudar a Rusia a financiar la guerra.»
El oficial acusó a Fico de bloquear sanciones a la industria nuclear de Rusia y resistirse a la candidatura de Ucrania para unirse a NATO, mientras priorizaba la continuación de los flujos de gas ruso. Este enfoque, argumentaron, está profundamente en desacuerdo con los sacrificios de Ucrania y la solidaridad más amplia de la UE contra la agresión rusa.
Oferta Rechazada de Zelenskyy
La disputa escaló cuando Fico afirmó que Zelenskyy le ofreció €500 millones en activos rusos para asegurar el apoyo de Eslovaquia a las aspiraciones de Ucrania para NATO. Fico, un firme defensor de vínculos más estrechos con Moscú, supuestamente respondió:
«Por supuesto, dije ‘nunca.’»
Sin embargo, Kyiv rechazó esta afirmación, con funcionarios indicando que la oferta de Zelenskyy estaba destinada a compensar a Eslovaquia por sus posibles pérdidas económicas si se alejaba del gas ruso. Según la fuente ucraniana, Fico desestimó la propuesta de inmediato, subrayando su renuencia a explorar fuentes de energía alternativas.
La División Moral
Para Kyiv, las apuestas son existenciales. Zelenskyy enfatizó la inmoralidad de la posición de Eslovaquia, especialmente mientras Ucrania enfrenta enormes pérdidas humanas y económicas en su guerra con Rusia. Hablando en una reunión en Bruselas, Zelenskyy dijo:
“Es un poco vergonzoso hablar de dinero porque estamos perdiendo personas.”
Los comentarios del líder ucraniano reflejan la frustración de una nación en guerra, lidiando con vecinos que, en la opinión de Kyiv, priorizan el beneficio sobre el principio.
La postura pro-rusa de Fico y Orbán
El Fico de Eslovaquia no está solo en esta controversia. El Primer Ministro húngaro Viktor Orbán, otro líder de la UE amigable con el Kremlin, ha estado trabajando con Fico para mantener el acceso a la energía rusa. Hungría incluso ha planteado la idea de rebrandear el gas ruso como húngaro antes de que entre a Ucrania, una táctica que ya utiliza para justificar su compra de petróleo ruso.
Esta postura ha suscitado críticas en toda Europa, con detractores argumentando que tales movimientos socavan los esfuerzos de la UE para reducir la dependencia de la energía rusa y limitar la capacidad del Kremlin para financiar su máquina de guerra.
El tiempo corre
El acuerdo actual que permite a Gazprom bombear gas natural a través de Ucrania expira el 1 de enero de 2025, sin renovación a la vista. El Comisario de Energía de la UE, Dan Jørgensen, reconoció la preparación del bloque para esta eventualidad, afirmando:
“El inminente fin del gas ruso por tubería no es algo que sorprenda.”
Sin embargo, las empresas energéticas de Europa Central han hecho lobby con la Presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, para extender el acuerdo, argumentando que cortar el gas ruso podría desestabilizar el suministro energético de la región.
Perspectiva de Putin
El Presidente ruso Vladimir Putin parece resignado a la expiración del acuerdo, pero los analistas predicen que Gazprom podría perder hasta 6.5 mil millones de dólares en ingresos si se cierra el oleoducto. Este golpe financiero tensionaría aún más los recursos del Kremlin mientras continúa su costosa invasión de Ucrania.
La Gran Imagen
Esta disputa destaca la compleja interacción entre la seguridad energética, las prioridades económicas y la geopolítica en la Unión Europea. Para Ucrania, las apuestas son de vida o muerte; para Eslovaquia, el tema se enmarca como seguridad económica nacional. Mientras tanto, Rusia continúa utilizando la energía como un arma, explotando las divisiones dentro de la UE para mantener su influencia.
A medida que se acerca la fecha límite, la pregunta sigue siendo: ¿Se mantendrá la solidaridad europea, o los intereses económicos fracturarán el frente unido del bloque contra Moscú?