En un movimiento que ha enviado ondas de choque a través de Europa, el Primer Ministro eslovaco Robert Fico realizó un viaje sorpresa a Moscú para reunirse con el Presidente ruso Vladimir Putin. Fico es solo el tercer líder occidental en mantener conversaciones con Putin desde que comenzó la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania en 2022, rompiendo filas con el frente unido de la Unión Europea contra Moscú.
«Dependencia Energética en el Corazón de la Visita»
La reunión se centró en la crítica dependencia de Eslovaquia del gas ruso, con el acuerdo de tránsito del país con Gazprom que expirará a finales de este año. Ucrania ha señalado que no renovará el acuerdo, lo que genera preocupaciones sobre la seguridad energética de Eslovaquia. Fico dijo que Putin confirmó la disposición de Rusia para continuar suministrando gas, aunque admitió que esto sería “prácticamente imposible” sin un nuevo acuerdo de tránsito.
Fico, quien ha criticado repetidamente el apoyo de la UE a Ucrania, enmarcó su visita como un paso pragmático para asegurar energía asequible para Eslovaquia. También afirmó que Putin había sido “demonizado erróneamente” por Occidente, avivando aún más las tensiones dentro de la UE.
«Unidad de la UE Socavada»
El viaje de Fico marca una drástica desviación de la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE, bajo la cual los estados miembros han impuesto amplias sanciones a Rusia. Su visita coloca a Eslovaquia junto a Hungría y Austria como excepciones dentro de la UE. El primer ministro húngaro Viktor Orbán y el canciller austriaco Karl Nehammer son los únicos otros líderes occidentales que han visitado Moscú desde la invasión.
Mientras Fico afirma que informó a los altos funcionarios de la UE sobre el propósito de su viaje, sus acciones han suscitado fuertes críticas de los vecinos de Eslovaquia y de la oposición interna. El ministro de Relaciones Exteriores checo, Jan Lipavský, criticó la visita, invocando la difícil situación de los ucranianos que sufren la guerra durante la temporada navideña:
“Pienso en los ucranianos que no pueden pasar la Navidad con sus seres queridos por culpa de Putin.”
«Reacción Nacional y Regional»
En Eslovaquia, el viaje de Fico ha sido denunciado como una traición. Michal Šimečka, líder del partido de oposición Progresista Eslovaquia, acusó al primer ministro de convertir a su país en una herramienta de propaganda para Putin:
“Esto es una vergüenza para Eslovaquia y una traición a nuestros intereses nacionales.”
Los partidarios de Fico, incluidos miembros de su partido Smer y del partido nacionalista eslovaco de extrema derecha, defendieron la visita como un paso necesario para asegurar el suministro de energía en medio de crecientes preocupaciones por interrupciones.
El enfoque controvertido de la política exterior de Fico también incluye su decisión de poner fin a la ayuda militar de Eslovaquia a Ucrania tras regresar al poder en octubre de 2023. A pesar de esto, ha mantenido que busca ser un “buen vecino amigable” para Kyiv.
«Los líderes de la UE dan la voz de alarma»
El momento de la visita de Fico a Moscú coincidió con una cumbre de seguridad en Europa, donde los líderes de Italia, Suecia, Grecia y Finlandia reiteraron la necesidad de una postura unida contra Rusia. El Primer Ministro finlandés Petteri Orpo calificó a Rusia como una “amenaza permanente y peligrosa” para la UE y pidió un aumento en el gasto en defensa y un apoyo inquebrantable a Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, restó importancia a la controversia en torno a la reunión, pero reconoció la “situación complicada” respecto a los suministros de gas a Europa.
«¿Una Europa dividida?»
La visita de Fico subraya las crecientes grietas en la unidad de Europa sobre cómo manejar a Rusia. Mientras la mayoría de los miembros de la UE y la OTAN se agrupan en torno a Ucrania, el primer ministro eslovaco ha elegido un camino que se alinea más estrechamente con Moscú, lo que plantea dudas sobre la cohesión de las alianzas occidentales.
A medida que aumentan las tensiones y la guerra en Ucrania continúa, las acciones de Fico podrían tener implicaciones de gran alcance tanto para la posición de Eslovaquia en la UE como para el panorama geopolítico más amplio.