Rusia ha expresado una fuerte oposición al despliegue de fuerzas de mantenimiento de la paz occidentales en Ucrania como parte de cualquier posible resolución al conflicto que dura casi tres años, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov en una declaración publicada el lunes. La postura del Kremlin subraya los crecientes desafíos para forjar un acuerdo de paz aceptable para todas las partes.
Propuestas Occidentales y el Rechazo de Rusia
La especulación sobre la introducción de fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz en Ucrania ha ganado impulso en las capitales occidentales. Las discusiones recientes entre el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro polaco Donald Tusk en Varsovia incluyeron la posibilidad de desplegar fuerzas europeas para monitorear un alto el fuego a lo largo de la línea del frente de 1,000 kilómetros (620 millas).
Sin embargo, Lavrov desestimó la idea, afirmando:
“Por supuesto, no estamos satisfechos con las propuestas que están siendo expresadas por representantes del presidente electo para posponer la membresía de Ucrania en la OTAN por 20 años y enviar a Ucrania un contingente de mantenimiento de la paz de ‘fuerzas británicas y europeas.’”
El Kremlin había sugerido previamente que era «demasiado pronto» para discutir sobre los mantenedores de la paz, reflejando profundas reservas sobre la participación militar extranjera en una región que considera dentro de su esfera de influencia.
Las Afirmaciones Audaces de Trump
El próximo presidente de EE. UU. Donald Trump, quien asumirá el cargo en tres semanas, ha prometido negociar la paz en Ucrania en un plazo de 24 horas. Aunque las propuestas concretas siguen siendo poco claras, miembros de su equipo han sugerido ideas que incluyen:
- Desplegar fuerzas de paz europeas para hacer cumplir un alto el fuego.
- Retrasar las aspiraciones de membresía de Ucrania en la OTAN hasta 20 años.
Trump ha insinuado que la sustancial ayuda financiera y militar de Washington a Kyiv—por un valor de miles de millones de dólares—podría servir como palanca para presionar a ambas partes hacia una resolución.
Estancamiento en las Negociaciones de Paz
Las negociaciones directas entre el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy siguen fuera de la mesa, con ambos líderes manteniendo firmes términos en conflicto para la paz:
- Demandas de Rusia: Ucrania debe retirar sus tropas de las regiones ocupadas de Donetsk, Jerson, Lugansk y Zaporizhzhia, que Moscú afirma haber anexado tras referendos controvertidos.
- Posición de Ucrania: Kyiv se niega a ceder cualquier territorio a Moscú a cambio de paz, manteniendo que estas regiones siguen siendo tierras soberanas ucranianas.
Implicaciones Geopolíticas
La oposición de Rusia a los cascos azules refleja sus preocupaciones más amplias sobre la percepción de la invasión occidental en su patio trasero. El despliegue de fuerzas internacionales, particularmente de países alineados con la OTAN, sería visto como un desafío directo a la influencia rusa y un posible preludio a la integración más profunda de Ucrania con Occidente.
Mientras tanto, los líderes occidentales parecen divididos sobre el mejor curso de acción, con propuestas para misiones de mantenimiento de la paz que probablemente enfrentarán obstáculos logísticos, políticos y militares.
Un Camino Difícil por Delante
A medida que ambas partes se aferran a sus posiciones, el camino hacia la paz sigue estando lleno de incertidumbre. El rechazo rotundo de Lavrov a los pacificadores occidentales señala que Moscú es poco probable que acepte cualquier acuerdo que socave sus intereses estratégicos, complicando aún más los esfuerzos por poner fin a la guerra.
Con la próxima administración de Trump prometiendo una acción rápida pero proponiendo medidas controvertidas, la comunidad internacional enfrenta la abrumadora tarea de superar divisiones profundamente arraigadas.