En una declaración sorprendente, el presidente electo Donald Trump ha amenazado con «retomar el control» del Canal de Panamá, acusando a Panamá de imponer tarifas «ridículas» a los barcos que utilizan esta vía acuática crítica. El anuncio, realizado el sábado por la noche en la plataforma de redes sociales de Trump, Truth Social, ha enviado ondas de choque a través de la comunidad internacional, generando preocupaciones sobre una posible crisis diplomática.
Amenazas audaces de Trump
La declaración de Trump acusó a Panamá de abusar de su administración del canal, que los Estados Unidos transfirieron al control total panameño en 1999. Caracterizó las tarifas actuales del canal como una afrenta a la «extraordinaria generosidad» de los Estados Unidos, que construyó y gestionó la vía acuática durante casi un siglo.
“Las tarifas que está cobrando Panamá son ridículas, especialmente sabiendo la extraordinaria generosidad que ha sido otorgada a Panamá por parte de los EE. UU.,” escribió Trump.
“Si los principios, tanto morales como legales, de este gesto magnánimo de dar no son seguidos, entonces exigiremos que el Canal de Panamá nos sea devuelto, en su totalidad y sin cuestionamientos.”
Aunque Trump no elaboró sobre cómo planea «reclamar» el canal, tal acción carecería de cualquier base legal bajo el derecho internacional. Los Estados Unidos renunciaron a su control sobre el canal a través de un tratado de 1977 firmado por el presidente Jimmy Carter y el líder panameño Omar Torrijos.
Una Tormenta Diplomática
Las declaraciones han provocado fuertes reprimendas tanto de aliados como de adversarios. Los analistas advierten que la retórica de Trump podría tensar aún más las relaciones entre EE.UU. y Panamá y crear ondas en el comercio y la navegación global.
El Canal de Panamá, un pasaje vital que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, respalda el 2.5% del comercio marítimo global y es crítico para las importaciones y exportaciones de EE.UU. Durante décadas, ha sido un símbolo de la cooperación entre EE.UU. y Panamá, aunque su regreso al control panameño fue ampliamente celebrado como un paso hacia la soberanía para la nación centroamericana.
Contexto Histórico
La declaración de Trump no es la primera vez que coquetea con audaces reclamaciones territoriales. Durante su primer mandato (2017-2021), Trump expresó famoso interés en comprar Groenlandia a Dinamarca, una propuesta desestimada como absurda por las autoridades danesas. En las últimas semanas, también ha reflexionado sobre anexar Canadá, aunque sigue sin estar claro cuán serias eran estas declaraciones.
El control de los Estados Unidos sobre el Canal de Panamá se remonta a 1904, cuando comenzó la construcción de la vía fluvial tras ayudar a Panamá a obtener independencia de Colombia. Aunque el canal fue una maravilla de la ingeniería y de importancia económica, la administración estadounidense a menudo generaba resentimiento en Panamá, lo que llevó a los tratados que finalmente restauraron el control panameño.
Implicaciones para el Comercio Global
El Canal de Panamá facilita el tránsito de 14,000 barcos anualmente y es vital para las importaciones de Estados Unidos desde Asia y las exportaciones de productos como el gas natural licuado. Cualquier interrupción en su operación, y mucho menos un intento de recuperar el control, podría tener consecuencias de gran alcance para el comercio global y la economía estadounidense.
A pesar de la retórica de Trump, los expertos coinciden en que Estados Unidos no tiene ningún reclamo legal sobre el canal bajo los tratados existentes. Cualquier intento de apoderarse del control podría desencadenar una reacción internacional y represalias económicas.
¿Qué Sigue?
La declaración de Trump probablemente sea un adelanto de la política exterior potencialmente confrontativa de su administración, marcada por retórica nacionalista y un desprecio por las normas diplomáticas. Si esta amenaza es una táctica de negociación o una verdadera ambición política queda por verse, pero indudablemente ha preparado el terreno para tensiones aumentadas con Panamá.
Por ahora, el mundo observa con la respiración contenida mientras Trump se prepara para asumir el cargo, con el destino del Canal de Panamá—y la estabilidad global—en juego.