El golfista profesional Bryson DeChambeau, en su incansable búsqueda por controlar su persona pública, ha tomado la decisión de rechazar Netflix, según lo afirma el aclamado periodista de golf Dan Rapaport.
Rapaport, presentador del popular programa ‘Dan On Golf’, es conocido por sus comentarios perspicaces y discusiones provocativas sobre el deporte. Su reciente defensa de la decisión de la Ryder Cup de aumentar los precios de las entradas a $750 ha hecho noticia, al igual que su apoyo a Rory McIlroy en medio del frenesí mediático que rodeó su divorcio. Sin embargo, el último enfoque de Rapaport ha sido el enigmático DeChambeau y su relación única con los medios.
Para aquellos que no están familiarizados con las estrategias mediáticas de DeChambeau, el golfista es bien conocido por gestionar meticulosamente su imagen pública, principalmente a través de sus plataformas de redes sociales. Su canal de YouTube cuenta con impresionantes 1.7 millones de suscriptores. Los críticos argumentan que DeChambeau utiliza estas plataformas para ‘control de daños’, pero no se puede negar su papel en magnificar la huella digital del golf.
En una reciente entrevista en ‘Dan On Golf’, Rapaport y el periodista de golf Alan Shipnuck exploraron las tácticas de gestión mediática de DeChambeau. Al abordar un tuit que cuestionaba la decisión de DeChambeau de no participar en “Full Swing” de Netflix, Rapaport insinuó el deseo del golfista de mantener el control sobre su narrativa. Shipnuck amplió esto, sugiriendo que DeChambeau es cauteloso al ceder el control a partes externas. A pesar de estar listado como parte del elenco de ‘Full Swing’, el productor ejecutivo del programa, Chad Mumm, confirmó que DeChambeau no tuvo participación en el show, validando aún más su deseo de autonomía.
La compleja relación de DeChambeau con los medios y sus compañeros golfistas no es nueva. Su rivalidad con Brooks Koepka y su participación en la controversia por el juego lento lo han puesto frecuentemente bajo el foco de atención. Este escrutinio excesivo, junto con la reacción en contra de su juego lento, ha moldeado significativamente el enfoque mediático actual de DeChambeau.
Cuando se le preguntó sobre su no participación en ‘Full Swing’, DeChambeau citó su renuencia a opacar a otros jugadores menos reconocidos. Sin embargo, su declaración bien intencionada fue recibida con críticas, desencadenando otro ciclo de reacciones negativas. Esto alimentó aún más su deseo de controlar su narrativa mediática, lo que llevó a un aumento en su participación en las redes sociales.
Desafortunadamente, este enfoque solo amplificó el escrutinio y las críticas. La invasividad del público y los medios ha llevado a DeChambeau a cuestionar la viabilidad de controlar la narrativa mediática. Su intento de compartir más ha invitado inadvertidamente a más juicios, un dilema con el que muchas celebridades pueden identificarse.
De hecho, el caso de DeChambeau es un recordatorio contundente del costo que la fama y el escrutinio pueden tener en los individuos. Como él mismo declaró: «Se volvió mucho para un ser humano.» Este sentimiento plantea la pregunta: a pesar de la aparente imposibilidad, ¿pueden las celebridades realmente controlar su narrativa mediática? Esta es una pregunta que sigue intrigando tanto a los fanáticos como a los críticos de Bryson DeChambeau.