El implacable Augusta National: Por qué incluso los golfistas experimentados no pueden domar a esta bestia
El Augusta National Golf Club, un nombre sinónimo de grandeza y desafío, es un sueño para muchos pero un enigma para la mayoría. Mientras que los golfistas de élite del mundo a menudo encuentran que Augusta National es un oponente formidable, la pregunta persiste: ¿Qué puntuación podría lograr un golfista con un alto hándicap en este legendario campo?
Históricamente, el consenso sugiere que incluso los golfistas amateurs experimentados tendrían dificultades para registrar una puntuación respetable. El campo, notorio por sus greens complicados y pendientes pronunciadas, ha sido durante mucho tiempo un test de litmus para la destreza golfística. El legendario golfista Mark O’Meara afirmó una vez que es prácticamente imposible para un golfista con un hándicap de 15 romper la barrera de 100 en Augusta.
“Un hándicap de 15 en Augusta National, jugando desde donde estos chicos juegan hoy en día, seguramente no tendría ni una oportunidad de romper 100. Así de difícil es el campo, así de pronunciadas son las pendientes y la velocidad de los greens. Un jugador promedio tendría un tiempo muy difícil para completar Augusta National en menos de 100,” declaró O’Meara con convicción.
Llevándolo un paso más allá, el popular YouTuber y entusiasta del golf Rick Shiels ha emitido una advertencia aún más severa para aquellos con hándicaps más altos. En una discusión franca en su podcast, Shiels pintó un panorama sombrío para un golfista con un hándicap de 18 que intenta jugar en Augusta.
“Creo que un golfista con un hándicap de 18, honestamente… Los greens son tan, tan, tan difíciles. No creo que un solo golfista con un hándicap de 18 logre jugar mejor en mejor bola. Esa es mi opinión honesta,” comentó Shiels. Además, especuló que muchos registrarían múltiples puntuaciones de diez en sus tarjetas, sugiriendo que romper 110 podría ser un objetivo más realista que 100.
En el ámbito del golf profesional, incluso los jugadores experimentados han tenido dificultades en Augusta. Los registros históricos capturan momentos de derrotas inesperadas: el 95 de Charles Kunkle para una ronda de 23 sobre par, y el momento inolvidable cuando Billy Casper, de 73 años, anotó un 106, una puntuación que lamentablemente nunca se hizo oficial debido a una tarjeta de puntuación no firmada.
La naturaleza castigadora del campo también ha reclamado su parte de víctimas experimentadas. En 2018, Sergio García registró infamemente un 13 en el hoyo 15 par cinco, mientras que Tom Weiskopf sufrió un destino similar, anotando un 13 en el hoyo 12 par tres. Tales puntuaciones son un recordatorio contundente del desafío implacable de Augusta.
En esencia, Augusta National no es solo un campo de golf; es un crisol que pone a prueba el temple de cualquiera que se atreva a jugarlo. Para los golfistas aficionados que sueñan con conquistarlo con una puntuación inferior a 90, podría ser hora de despertarse y enfrentar la realidad. La mística de Augusta es un recordatorio de que, en el golf, como en la vida, algunas montañas están destinadas a ser admiradas en lugar de conquistadas.