Rory McIlroy, el renombrado golfista norirlandés, tuvo una sesión de práctica bastante movida antes de la ronda inaugural del Players Championship en TPC Sawgrass. El golfista de 35 años busca asegurar su segunda victoria en el Players Championship, marcando un hito significativo antes de dirigirse al Masters con la esperanza de completar su grand slam de carrera.
Un incidente, sin embargo, dejó un mal sabor durante esta ronda de práctica, que de otra manera sería rutinaria. McIlroy se convirtió en el blanco de un comentario no solicitado de un heckler, tras un desafortunado drive que llevó su bola a chapotear en el agua en el hoyo 18. El comentario del espectador, «justo como en Augusta en 2011», fue un recordatorio duro de la dolorosa experiencia de McIlroy cuando perdió una ventaja de cuatro golpes antes de la ronda final en Augusta. Sin divertirse con la broma no deseada, McIlroy se acercó al heckler, Luke Potter, le quitó el teléfono y se alejó.
Las secuelas de este encuentro han sido un tema de acalorada discusión entre los aficionados y los medios. Sin embargo, McIlroy se mantuvo reservado sobre el incidente durante sus entrevistas posteriores a la ronda. Mientras que las imágenes de video que circulan dejan mucho a la especulación, The Telegraph reveló que Potter, el autor del comentario, fue escoltado fuera de las instalaciones por seguridad. El informe también confirmó que McIlroy devolvió el teléfono a seguridad antes de que Potter saliera de TPC Sawgrass.
Curiosamente, Potter no es solo un espectador cualquiera. Es un golfista amateur muy prometedor que estudia en la Universidad de Texas. Su potencial para unirse al PGA Tour en el futuro hace que su comentario irrespetuoso hacia McIlroy sea aún más inesperado. Desde entonces, Potter ha escrito a McIlroy y a Jay Monahan, el Comisionado del PGA Tour, ofreciendo sus disculpas.
Este incidente no es la primera vez que McIlroy ha sido objeto de burlas. A principios de este año, en el Genesis Invitational, respondió de manera aguda a un espectador que le aconsejó culpar a su caddie después de fallar un putt durante la ronda final. El incidente se sumó a la frustrante jornada de McIlroy en Torrey Pines, donde luchó por avanzar de manera significativa.
La reacción de McIlroy a las burlas en Sawgrass ha suscitado reacciones mixtas. Mientras algunos argumentan que podría haber mostrado un espíritu más ligero, considerando que el comentario se refería a una ronda de hace más de una década, otros elogian a McIlroy por su manejo de la situación. La lección clave de este incidente es que burlarse de un golfista, especialmente uno que acaba de cometer un error, no solo es irrespetuoso, sino también poco aconsejable, incluso durante una ronda de práctica.
Se ha confirmado que McIlroy no dañó el teléfono, que ha vuelto a estar en posesión de Potter. El mundo del golf ahora espera con interés ver si y cómo sus caminos podrían cruzarse nuevamente en el futuro.