Cuando el golfista número uno del mundo, Scottie Scheffler, se encontró en las garras de la ley justo horas antes de su hora de salida en el Campeonato PGA 2024, internet se incendiaba con su foto policial y especulaciones sobre su participación en Valhalla. Sin embargo, esta crisis fue gestionada y resuelta hábilmente, para alivio de Scheffler y su equipo.
El ex CEO de PGA of America, Seth Waugh, compartió su experiencia de manejar la situación en el Podcast Vanity Index. Waugh no recurrió al pánico ni a un control de daños apresurado. En su lugar, confió en un método conocido como «calma deliberada», que resultó fundamental para navegar por aguas turbulentas.
En las primeras horas de la mañana, Waugh recibió una angustiante llamada de Scott Scheffler Sr., el padre de Scottie, que confirmó sus peores temores: Scottie había sido arrestado. Aunque Waugh inicialmente pensó que era un problema menor, la gravedad de la situación le quedó clara cuando se enteró de una altercación con un oficial de policía.
El incidente ocurrió en un día ya cargado de tensión debido a un accidente fatal cerca de la entrada de Valhalla. El caos que siguió al arresto de Scheffler interrumpió el torneo, desatando una locura mediática y retrasando la hora de inicio. Ante esta crisis, la estrategia de Waugh fue simple: desacelerar.
Este enfoque fue inspirado por la filosofía del Capitán Chesley «Sully» Sullenberger, el piloto famoso por aterrizar un avión en el río Hudson. El principio de «calma deliberada» de Sully implica resistir la urgencia de actuar apresuradamente en situaciones de alta presión. Waugh se adhirió a este principio, desacelerando y abordando cada aspecto de la crisis de manera sistemática.
Waugh se puso en contacto rápidamente con el alcalde de Louisville, funcionarios de policía y el socio de Valhalla, Jimmy Kirchdorfer, para asegurarse de que Scheffler tuviera representación legal inmediata. Kirchdorfer facilitó personalmente la liberación de Scheffler del juzgado y organizó un escolta policial para llevarlo de regreso al campo, justo a tiempo para su salida.
Waugh y otros funcionarios reconocieron que su preocupación no se limitaba a Scheffler o al torneo; se extendía a las implicaciones más amplias del incidente. «La buena noticia sobre todo esto fue que todos tenían las mejores intenciones… Estábamos preocupados por cómo se representaba a la ciudad, cómo se veía el estado», declaró Waugh.
Al tratar con los medios, el enfoque fue estratégico. En lugar de un comunicado conjunto, se emitieron comunicados individuales por parte de los funcionarios de la PGA, la ciudad y las fuerzas del orden. ¿El resultado final? Scheffler cumplió con su horario de salida y tuvo un desempeño excepcional, asegurando la posición T8.
En retrospectiva, Waugh enfatizó que la lección clave de este incidente no fue solo sobre la gestión de crisis, sino sobre la importancia de mantener una mentalidad tranquila en situaciones de alta presión. El incidente, que podría haber sido un gran fiasco en la historia de la PGA, se convirtió en una lección de compostura, tanto dentro como fuera del campo de golf.