Atraídos por los atractivos de la Liga de Golf LIV financiada por Arabia Saudita, numerosas estrellas del golf han optado por abandonar sus aspiraciones en el PGA Tour. Este cambio se ha atribuido en gran medida a los contratos generosos ofrecidos por la nueva liga, pero para algunos, el beneficio financiero no es el principal motivador. Entre estos casos atípicos se encuentra el máximo goleador de puntos de la Ryder Cup de Europa, Sergio García. Su elección de unirse a LIV Golf, a pesar de arriesgar su futuro en la Ryder Cup, fue impulsada por aspectos lejanos a consideraciones monetarias, como reveló en un interesante discurso en el podcast The Howie Games.
La decisión de hacer la transición a LIV Golf no fue tan sencilla como uno podría suponer, confesó García. Era muy consciente de que su movimiento podría llevar a sacrificar algunos privilegios significativos. Pero el intercambio, el tiempo, fue el incentivo que prevaleció sobre la ganancia monetaria, los puntos de clasificación o el prestigio de la Ryder Cup. García dio mayor peso a la oportunidad de disfrutar de tiempo prolongado con su familia. “La oportunidad de tener cuatro o cinco meses libres e invertir mucho tiempo con mis hijos, con Angela, llevándolos a la escuela, asistiendo a algunos de sus eventos deportivos”, explicó García.
El formidable espíritu competitivo de Sergio García es bien conocido. Sin embargo, su otra identidad como un devoto hombre de familia es igualmente significativa. La Liga de Golf LIV le presentó una oferta que el PGA Tour no pudo igualar: flexibilidad. Esta flexibilidad permitió a García atesorar momentos preciosos con sus hijos que el intenso calendario del PGA Tour de otro modo le habría negado. Pero su movimiento a LIV Golf no fue impulsado únicamente por consideraciones de estilo de vida. La estructura orientada al equipo de la nueva liga resonó con la afinidad de García por la dinámica de equipo.
La camaradería, las experiencias compartidas y el esfuerzo colectivo hacia logros mayores en eventos de equipo siempre han atraído a García. El atractivo de la Ryder Cup no se trataba únicamente de la competencia, sino también de estas experiencias compartidas. La estructura orientada al equipo de LIV Golf ofrecía una semblanza de este espíritu, haciendo que la nueva liga fuera una propuesta atractiva más allá de los beneficios financieros o de estilo de vida.
Sin embargo, la decisión de García de unirse a LIV Golf no estuvo exenta de repercusiones. Su futuro en la Ryder Cup estaba en juego, un concepto que era casi inconcebible para muchos aficionados europeos. Inicialmente, García parecía haber aceptado su decisión sin ningún arrepentimiento. Pero su amor profundamente arraigado por la Ryder Cup podría haber desencadenado dudas sobre su decisión.
En un giro dramático de los acontecimientos a finales de 2024, García hizo un movimiento audaz, señalando que no había pasado completamente la página de su capítulo en la Ryder Cup. ¿Su objetivo? Ser reinstalado en el DP World Tour, un camino que podría llevarlo de vuelta a la Ryder Cup 2025. A pesar de pagar multas elevadas que ascendían a más de €1 millón ($1.06 millones), sus esfuerzos por reintegrarse al tour fueron frustrados cuando el DP World Tour rechazó su solicitud.
Mientras sus aspiraciones de un regreso a la Ryder Cup sufrieron un golpe severo, surgió otra oportunidad. García recibió una invitación para participar en el Campeonato PGA 2025 en Quail Hollow, un desarrollo significativo considerando su posición incierta en los torneos importantes. Su emoción era palpable mientras compartía la noticia en Instagram, refiriéndose a ello como la «mejor noticia de todas» para comenzar su temporada.
Entonces, ¿qué le depara el futuro a García? El DP World Tour y la Ryder Cup están actualmente fuera de la mesa. Pero con el Campeonato PGA 2025 en Quail Hollow a la vista, está decidido a recordarle al mundo su calibre. Y si la historia es algún indicativo, Sergio García no es alguien que se eche atrás ante un desafío.