Lucas Glover, el celebrado campeón seis veces del PGA Tour, recientemente abrió su corazón sobre su lucha contra el oponente más temido del golf: los infames ‘yips’. Esta condición misteriosa, que es tan antigua como el deporte mismo, ha sido conocida por detener abruptamente el rendimiento de incluso los golfistas más hábiles, convirtiendo putts y chips rutinarios en un desafío insuperable.
Glover, ahora libre de las ataduras de los yips y disfrutando de un resurgimiento en su carrera con dos victorias tan recientes como en 2023, narró su angustiosa pero inspiradora travesía durante una entrevista sincera con el canal de YouTube Stepping Into the Fire.
Su inquietante encuentro con los temidos yips comenzó hace aproximadamente 12 años en el quinto hoyo del Colonial Country Club. «Hice cuatro putts y de repente, simplemente sucedió», reveló Glover, recordando el incidente con alarmante claridad.
El experimentado golfista, que estaba atravesando una fase significativa en su vida personal, incluyendo casarse y prepararse para convertirse en padre, se encontró acosado por la incertidumbre y el miedo. Estaba constantemente atormentado por preguntas sobre la recurrencia, lo que llevó a un caso completo de yips.
Uno de los recuerdos más vívidos de la lucha de Glover fue una conversación con su esposa después de esa ronda fatídica en el Colonial. «Le dije, ‘No sé. Fue la primera vez en mi carrera en el campo de golf que pude decir que no sé'», compartió. Glover comparó su experiencia con un ataque de pánico, donde perdió el control de sus habilidades motoras e incluso de su sentido del tacto, crítico para cualquier golfista.
Pero los yips en el putting no son exclusivos de Glover. Algunos de los nombres más grandes en el golf, como Sergio García, Bernhard Langer, David Duval, Kevin Na e incluso el legendario Ben Hogan, han tenido sus propias batallas con esta amenaza psicológica.
Garcia, por ejemplo, tuvo una lucha mental bien documentada con su juego, transformándose de un operador suave a un maestro del waggle en los años 2000. Langer, un ganador de múltiples majors, también ha sufrido de los yips. La batalla de Hogan con los yips fue tan severa que eligió alejarse del juego por completo.
La historia de Glover sirve como un recordatorio contundente de los desafíos mentales que incluso los golfistas más exitosos enfrentan. Subraya el hecho de que el esquivo juego del golf no solo es una prueba de habilidad física, sino también una batalla de fortaleza mental, resiliencia y adaptabilidad.