En un final lleno de adrenalina que encapsuló las emociones y la imprevisibilidad del golf, el veterano del PGA Tour Brian Campbell reclamó su primera victoria en el Tour en el Abierto de México, un triunfo que incluyó un saludo memorable a un aliado arbóreo.
El drama se desarrolló en los verdes greens de VidantaWorld el domingo, donde Campbell, un golfista experimentado con casi diez años de carrera, se enfrentó al joven prodigio Aldrich Potgieter. Ambos atletas ofrecieron actuaciones estelares, haciendo birdie en el hoyo 18 y empatando el juego en 20 bajo par, llevando el partido a un desempate.
El desempate fue una prueba de nervios, y para Campbell, la presión de perseguir su primer título del PGA Tour pareció manifestarse en su rendimiento. El primer hoyo de desempate no rompió el empate, obligando a ambos golfistas a regresar al tee del 18 por tercera vez consecutiva.
Fue en este momento que la fortuna tomó un giro inesperado a favor de Campbell. Un golpe de salida desviado del golfista de 31 años parecía estar en curso directo hacia fuera de límites. Sin embargo, una rama de árbol intervino, desviando la bola de vuelta al juego y proporcionando a Campbell una posición manejable desde el rough.
Después de este golpe de suerte, Campbell colocó con maestría su segundo golpe y hizo birdie en el hoyo. Su oponente sudafricano de 20 años, a pesar de ser considerado el que más lejos golpea en el Tour, no pudo igualar su rendimiento.
Contra todo pronóstico, el desvalido Campbell, conocido como uno de los que menos golpea en el Tour, había emergido victorioso en el hoyo 18 par-5 de más de 600 yardas, que típicamente favorece a aquellos con un golpe más largo.
La victoria fue un hito significativo para Campbell, no solo en términos de su carrera profesional, sino también financieramente. El triunfo le reportó la asombrosa suma de $1,260,000. Además, un apostador anónimo cosechó una gran ganancia de la victoria de Campbell, convirtiendo una apuesta de $40 a +27000 en un sustancial pago de $10,800 en Fanduel.
En un homenaje ligero a su inesperado aliado, Campbell y su caddie, Cooper Wilson, regresaron a la calle 18 después de la victoria, levantando una copa al árbol que había jugado un papel crucial en su triunfo.
Con esta victoria, Campbell aseguró su lugar en el próximo Torneo de Maestros en Augusta. Dada su reciente triunfo, las probabilidades para Campbell sin duda serán más favorables. Quizás, esta historia de Cenicienta perdurará, recompensando tanto al golfista como a sus patrocinadores con otra victoria inesperada.