En 2008, el Manchester City, recién llegado a la abundancia de dinero de Abu Dhabi, hizo titulares por su ambicioso derroche de gastos. Sin embargo, sus intentos de asegurar una firma estelar tomaron un giro inesperado cuando un «desordenado» malentendido llevó a una oferta accidental de £35 millones por nada menos que Lionel Messi del Barcelona.
El extraño episodio fue recientemente relatado por el exasistente del manager del City, Mark Bowen, en el podcast Business of Sport. Durante ese verano, el City estaba lanzando ofertas a clubes europeos, probando las aguas con propuestas por estrellas como Franck Ribery, Robinho y Dimitar Berbatov. “Simplemente estaban lanzando [£30-35m] a estos clubes en Europa para ver cuál mordía,” explicó Bowen.
En medio de la locura de llamadas y ofertas de último minuto, las cosas tomaron un giro surrealista cuando el City presentó inadvertidamente una oferta al Barcelona por Messi. En ese momento, Messi estaba emergiendo como una de las estrellas más brillantes del fútbol mundial, y el presidente del Barça, Joan Laporta, estaba lejos de estar divertido. Según Bowen, Laporta reaccionó con furia, diciendo: “¿Quién se f** se creen que son los del Man City? Están tomando el p***.”*
La confusión, según se informa, surgió de una conversación interna donde alguien bromeó sobre que la situación era «desordenada». De alguna manera, esto llevó al club a enviar una oferta oficial por Messi, quien ya estaba en camino de convertirse en una leyenda del Barcelona.
La oferta no intencionada se convirtió en una fuente de vergüenza y hilaridad dentro del City. Garry Cook, el CEO del club en ese momento, se encontró en el fuego cruzado de la caótica operación. Bowen recordó la atmósfera de la oficina del City en Londres durante esos días frenéticos, describiéndola como un torbellino de llamadas y tratos fallidos.
Aunque Messi permaneció en Barcelona, la saga destacó las crecientes ambiciones—y ocasionales errores—del Manchester City en los primeros días de su revolución financiera. Ese verano, City logró asegurar a Robinho por £32.5 millones, su primer gran fichaje bajo la nueva propiedad.
Reflexionando sobre el momento surrealista, Bowen señaló que aunque la oferta por Messi parecía ridícula en retrospectiva, no era del todo descabellada en ese momento. “La gente hablaba de Ribery y Messi, cuál de los dos es el mejor,” dijo.
Hoy, la accidental oferta de City por Messi es un recordatorio de la temprana transición del club hacia la élite financiera del fútbol—una historia que desde entonces se ha convertido en una broma recurrente en los círculos futbolísticos.