Los Philadelphia Eagles han tenido un comienzo contundente en el Super Bowl LIX, silenciando la defensa de los Kansas City Chiefs con una eficiente jugada que los puso adelante 10-0 en el primer cuarto.
El mariscal de campo Jalen Hurts realizó una sublime conversión en tercera oportunidad, lanzando un pase perfecto por detrás del hombro al receptor estrella A.J. Brown, quien atrapó el balón en carrera. La ofensiva de los Eagles se movía con precisión, forzando a los Chiefs a estar a la defensiva desde el principio.
Enfrentando otra tercera oportunidad, Hurts decidió tomar el asunto en sus propias manos, intentando liberarse para conseguir un primer down crucial—pero la defensa de los Chiefs se mantuvo firme, deteniéndolo tres yardas por debajo de la línea de ganancia.
Por un momento, parecía que Filadelfia podría arriesgarse y ir por la cuarta oportunidad, pero la sensatez prevaleció. En su lugar, optaron por un intento de gol de campo de 43 yardas—que rápidamente se convirtió en un de 48 yardas después de una controvertida penalización por inicio en falso que los retrocedió.
Los fieles de los Eagles en verde no estuvieron de acuerdo con la decisión, dejando que su frustración se hiciera notar. Pero eso no importó a Jake Elliott—el veterano pateador se presentó y lo hizo pasar entre los postes con confianza, extendiendo la ventaja de Philly a 10-0.
Un comienzo fuerte para las Águilas, pero con Patrick Mahomes y Travis Kelce acechando del otro lado, la pregunta sigue siendo—¿son suficientes 10 puntos?