En un electrizante partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, el Barcelona, con 10 hombres, logró una victoria de 1-0 sobre el Benfica, gracias al gol decisivo de Raphinha en la segunda mitad. El partido, jugado en el terreno del Benfica el miércoles, vio al Barcelona superar un contratiempo temprano cuando Pau Cubarsí, su joven defensor, fue expulsado.
Cubarsí, un adolescente anclando la defensa del Barcelona, recibió la tarjeta roja en el minuto 22 por una falta de último recurso sobre Vangelis Pavlidis del Benfica. La expulsión podría haber significado un desastre para los visitantes, pero el equipo se reagruparon, mostrando una tenacidad y resiliencia que los mantuvo en el juego, a pesar de estar en desventaja numérica.
Gran parte de la supervivencia del Barcelona se puede atribuir a la destacada actuación de su portero, Wojciech Szczesny. El experimentado profesional polaco fue una fortaleza frente a la portería, realizando una serie de impresionantes paradas para negar al Benfica cualquier oportunidad de gol. Su enfoque y determinación inquebrantables resultaron fundamentales para mantener la línea de un equipo que estaba bajo constante presión.
El avance llegó en el minuto 61 cuando Raphinha aprovechó un error defensivo del Benfica. Un pase mal ejecutado en el área del Benfica fue interceptado por el ágil delantero, quien no perdió tiempo en convertir la oportunidad. El disparo bajo de Raphinha rebotó en un defensor, solo para encontrar su camino hacia la red, justo dentro del poste izquierdo.
Este gol que ganó el partido no solo le dio al Barcelona la ventaja en su eliminatoria de octavos de final, sino que también demostró su coraje y determinación. Incluso cuando se enfrentaron a un desafío significativo, mostraron el espíritu valiente necesario para asegurar una victoria crucial. Este triunfo en la adversidad subraya la fuerza y el carácter del equipo del Barcelona, preparando el escenario para un emocionante partido de vuelta de la eliminatoria.