Angelique Kerber, una figura legendaria en la Asociación Mundial de Tenis (WTA), que una vez confesó haber estado a punto de renunciar a sus sueños de infancia de convertirse en una estrella del tenis en 2011, ha demostrado una vez más que es una fuerza a tener en cuenta. Tras una ilustre carrera que abarcó más de dos décadas, marcada por varios altibajos, Kerber ha asumido ahora un emocionante nuevo papel administrativo en el ámbito del tenis profesional.
El camino de Kerber hacia la fama en el tenis comenzó en 2003 cuando dio sus primeros pasos en la escena profesional durante las clasificatorias en su ciudad natal, Berlín. Desde allí, ascendió constantemente en el ranking, rompiendo en 2006 el cuadro principal de la WTA y haciendo su primera aparición en un Grand Slam al año siguiente en Roland Garros. Su persistencia y formidable talento la llevaron a asegurar una posición en el Top 100 ese mismo año.
A lo largo de su carrera, Kerber ha sido una fuerza dominante en las canchas de hierba, acumulando una impresionante cantidad de 84 victorias contra solo 34 derrotas. Su destreza en esta superficie la distingue de muchas de sus contemporáneas, ayudando a consolidar su lugar en los anales de la historia del tenis. Ahora, en un giro del destino, está lista para esculpir un nuevo capítulo en su carrera en un terreno familiar, las canchas de hierba, pero esta vez, desde una perspectiva administrativa.
Kerber, quien se retiró el año pasado, fue recientemente nombrada directora del torneo WTA 500 en Bad Homburg, un campeonato que se juega en sus queridas canchas de hierba. El anuncio se hizo a través de la Tennis Letter, lo que generó una gran emoción entre los aficionados y otros jugadores.
La as de Alemania, que ocupó el primer puesto durante 34 semanas y terminó 2016 como la mejor jugadora del año, ha sido una embajadora del deporte, ganando 14 títulos de individuales de la WTA, incluidos tres triunfos en Grand Slam. Sin embargo, el punto culminante de su carrera sigue siendo su actuación inigualable en la hierba, que ahora tiene la oportunidad de supervisar.
En sus propias palabras, Kerber declaró: “El torneo fue un proyecto del corazón para mí desde el principio. Sé lo que los jugadores necesitan. Me espera algo de trabajo.”
Su romance con la hierba comenzó en 2007, y entre 2011 y 2020, fue la jugadora más exitosa en esta superficie, asegurando 59 victorias y superando a formidables oponentes como Petra Kvitova y Serena Williams.
Además de sus esfuerzos profesionales, Kerber también ha compartido algunas emocionantes noticias personales. La ex cabeza de serie, que tomó un largo descanso del tenis profesional en 2022 para tener su primer hijo con su pareja Franco Bianco, está esperando su segundo hijo. Hizo el anuncio a través de Instagram, compartiendo una foto conmovedora de ella con su hija Liana y expresando su anticipación por la nueva incorporación a su familia.
Mientras comienza esta nueva fase de su vida y carrera, le extendemos nuestros mejores deseos a Kerber, quien continúa inspirando dentro y fuera de la cancha. Como dicen los alemanes, Alles Gute, o lo mejor, para esta leyenda del tenis y futura madre de dos.