El renombrado entrenador de tenis Patrick Mouratoglou, conocido por su trabajo con la campeona de Wimbledon Naomi Osaka, ha compartido sus ideas sobre el dinámico y carismático Carlos Alcaraz. A pesar de no igualar la consistencia de leyendas del tenis como Novak Djokovic, Rafael Nadal o la estrella en ascenso Jannik Sinner, Mouratoglou sugiere que Alcaraz aporta una electrizante imprevisibilidad al juego que mantiene cautivados a los espectadores.
La icónica era de Djokovic y Nadal, cuya rivalidad moldeó una parte significativa de la historia del tenis, terminó con la retirada de Nadal el año pasado. Esto abrió el camino para que una nueva generación de jugadores se destacara y dejara su propia marca en el mundo del tenis. Entre estos, la rivalidad entre Alcaraz y Sinner ha surgido como particularmente emocionante, y se prevé que domine la escena del tenis masculino en los próximos años.
El año pasado, Alcaraz y Sinner compartieron la gloria de cuatro títulos de Grand Slam. Sin embargo, Sinner mostró un rendimiento más consistente a lo largo del año, un hecho que no pasó desapercibido. Aun así, el juego del joven Alcaraz de 21 años no puede ser juzgado únicamente por la consistencia. Su carrera ya ha visto períodos de pura dominación, intercalados con sequías sin títulos.
Mouratoglou señala que el juego de Alcaraz ofrece mucho más allá de la consistencia. Su estilo de juego es una fresca desviación de la predictibilidad de la vieja guardia. A diferencia de Djokovic y Nadal, conocidos por su metódico desarrollo de puntos, Alcaraz es un jugador dinámico que mantiene el juego animado.
Describiendo el juego de Alcaraz, Mouratoglou dijo: «Es más un pegador. Pero creo que es muy interesante porque puede hacer tantas cosas diferentes, y hace todo tan bien. Juega drop shots, viene a la red, tiene un poder increíble, un toque increíble, puede devolver voleas, y hace todo esto en un partido—eso es una locura. Es muy emocionante, nunca es aburrido, siempre está pasando algo.»
Mientras Alcaraz puede que no demuestre la consistencia de Djokovic, Nadal o Sinner en su pico, su espíritu ardiente y versatilidad en la cancha compensan con creces. Su estilo dinámico y la emoción que aporta a cada partido aseguran que su juego nunca sea aburrido.
Este año, Alcaraz, actualmente clasificado en tercer lugar, ganó el torneo ATP 500 en Rotterdam. Sin embargo, su búsqueda del título del Abierto de Australia se vio interrumpida tras una derrota ante Djokovic en los cuartos de final. A pesar de la pérdida, el camino de Alcaraz hasta ahora sugiere que tiene mucho más que ofrecer al mundo del tenis. Con su vibrante juego y presencia electrizante, es indudablemente un jugador a tener en cuenta.