Mientras Roger Federer es celebrado globalmente por su destreza en la cancha de tenis, su logro más lucrativo ha sido, de hecho, fuera de la cancha. El maestro suizo del tenis, clasificado en tercer lugar entre los tenistas que más han ganado en la historia, solo detrás de Novak Djokovic y Rafael Nadal, ha aumentado significativamente su riqueza a través de astutas inversiones comerciales.
Una parte notable del éxito financiero de Federer es su inversión en la empresa suiza de zapatillas para correr, On Running. Ya fanático de la marca, Federer no solo respaldó el producto, sino que compró una participación en la empresa, adquiriendo el 3% de las acciones. Este movimiento estratégico no solo convirtió a Federer en la cara de la marca, sino que también le permitió diseñar su propia línea de zapatos, lo que ha impulsado considerablemente la fortuna de la empresa.
La fama y el respaldo de Federer han demostrado ser un verdadero gallo de los huevos de oro para On Running. La valoración de la empresa se disparó a 12 mil millones de dólares, y cuando salió a bolsa en septiembre de 2021, sus acciones se vendieron a 24 dólares cada una. Esto significó que la participación de Federer en la compañía se disparó a la asombrosa cifra de 360 millones de dólares, casi triplicando sus ganancias de carrera en el tenis de 130 millones de dólares.
La colaboración de Federer con On Running es más que una inversión pasiva. Estuvo activamente involucrado en la creación de su propia línea de zapatos, The ROGER Pro. Su profundo conocimiento y experiencia fueron fundamentales en el diseño y la tecnología del zapato, atendiendo las necesidades específicas de los tenistas. Su contribución al éxito de la marca ha sido significativa, con On Running elogiándolo como uno de sus líderes de innovación más admirados.
Más allá de su carrera en el tenis y sus inversiones estratégicas, la comercialización de Federer le ha ganado los primeros lugares en la lista de los atletas más ricos del mundo. En 2020, Forbes lo coronó como el atleta mejor pagado del mundo. Su considerable riqueza también se debe a lucrativos acuerdos de patrocinio con marcas de alta gama como Rolex, Mercedes-Benz y Wilson.
Uno de los acuerdos de patrocinio más significativos de Federer fue con el gigante japonés de la ropa Uniqlo. En 2018, Uniqlo sedujo a Federer alejándolo de Nike con un contrato de 10 años por valor de 300 millones de dólares, convirtiéndolo en uno de los acuerdos de patrocinio más sustanciales para cualquier atleta.
Pero la perspicacia empresarial de Federer no se limita al calzado y la ropa. También se ha aventurado en la industria alimentaria. Formó parte de un grupo de atletas, incluidos el piloto de F1 Lewis Hamilton y el golfista Tiger Woods, que invirtió 330 millones de dólares en la empresa chilena de alimentos a base de plantas NotCo.
Federer no está solo entre los tenistas al explorar oportunidades de inversión. Por ejemplo, Rafael Nadal recientemente embolsó 100 millones de euros tras vender el 44.9% de su academia de tenis en Mallorca. También gana una suma considerable como embajador del tenis para Arabia Saudita. De manera similar, Andy Murray posee un portafolio de inversiones, que incluye un hotel de 2 millones de libras cerca de su hogar en Dunblane, y Novak Djokovic lanzó recientemente un producto de bienestar, SILA, con la empresa austriaca Waterdrop.
Estos movimientos de inversión de las estrellas del tenis sirven como recordatorio de que su destreza se extiende más allá de la cancha de tenis y hacia el ámbito empresarial, donde continúan dejando su huella. En el caso de Federer, su habilidad y capacidad de comercialización no solo lo han convertido en uno de los atletas más ricos del mundo, sino también en un inversor astuto cuya perspicacia empresarial es igual a su maestría en el tenis.