Emma Raducanu, la estrella del tenis de 22 años, ha ascendido rápidamente a la prominencia global, cosechando recompensas financieras sustanciales en el camino. Sin embargo, su viaje no ha estado exento de desafíos, incluyendo la lucha por mantener un rendimiento constante en la cancha y la gestión de su creciente fama.
La brillante carrera de Raducanu despegó en 2021 cuando triunfó en el US Open, embolsándose la nada despreciable suma de $2.5 millones. Esta victoria contribuyó significativamente a sus ganancias profesionales, que hasta la fecha ascienden a impresionantes $4,685,567. Este triunfo en el Grand Slam desbloqueó oportunidades lucrativas para Raducanu, otorgándole 2,000 puntos de ranking que aseguraron su entrada en numerosos torneos de alto perfil en 2022. A pesar de no haber alcanzado una final en el Tour de la WTA aún, ha logrado acumular $237,715 en 2025, a pesar de haber perdido seis de los nueve partidos en los que ha participado.
El verdadero cambio de juego para Raducanu, financieramente, ha sido los lucrativos contratos de patrocinio que siguieron a su victoria en el US Open. Marcas de alto nivel como Dior, Porsche, Tiffany, British Airways, Vodafone y Evian fueron rápidas en detectar el potencial comercial en su meteórico ascenso, asegurando acuerdos de patrocinio que han añadido significativamente a su riqueza. Estimaciones conservadoras sugieren que ha ganado al menos $10 millones en patrocinios durante los últimos tres años.
Sin embargo, el atractivo de Raducanu para los patrocinadores ha disminuido algo con el tiempo, principalmente debido a su rendimiento inconsistente en la cancha. Su incapacidad para asegurar una posición dentro del top 50 del ranking de la WTA ha tenido un impacto negativo en su valor comercial. Tras una temporada 2023 llena de lesiones, Raducanu hizo un regreso en 2024, reingresando al top 100 del ranking de la WTA y comprometiéndose a participar en más torneos en la siguiente temporada. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la victoria ha permanecido esquiva, lo que ha llevado a especulaciones sobre su futuro en el deporte.
Fuera de la cancha, Raducanu también ha enfrentado desafíos. La salida de su entrenador, Nick Cavaday, tras el Abierto de Australia, la ha dejado en busca de una asociación de entrenamiento estable. Además, la lucha de Raducanu con su servicio, que ella describió como tener ‘una mente propia’, es un área que necesita una mejora significativa si espera competir con la élite.
El futuro de la estrella en ascenso es incierto, ya que corre el riesgo de perder su ranking como No 2 británica frente a su antigua rival junior, Sonay Kartal. A pesar de este posible contratiempo, el talento innegable de Raducanu sugiere que puede recuperarse, siempre que tenga el deseo y la pasión necesarios para luchar por más éxito. Mientras el mundo observa, la pregunta sigue siendo: ¿qué viene después para Emma Raducanu?