Fernando Verdasco, un experimentado tenista español, ha revelado abiertamente los desafíos que enfrentó durante su carrera, incluyendo momentos en los que se sintió desanimado. La carrera de Verdasco ha estado marcada por logros notables y partidos memorables, sin embargo, confiesa que merecía más victorias.
Verdasco, cariñosamente llamado ‘Nando’ por sus fans, ha sido reconocido como uno de los mejores talentos de España en las últimas dos décadas. Ha dejado una huella indeleble en los anales del tenis, a menudo brindando una dura competencia a sus oponentes, incluso en los torneos más prestigiosos.
Uno de sus partidos más notables fue las semifinales del Abierto de Australia 2009, donde se enfrentó al compatriota Rafael Nadal. Este épico partido sigue siendo recordado por los aficionados como uno de los encuentros más emocionantes en la historia del Abierto de Australia, a menudo referido como el Happy Slam.
A lo largo de su trayectoria profesional, Verdasco acumuló siete títulos, siendo el más reciente en Bucarest en 2016. También alcanzó su mejor clasificación en el ATP, No.7, en 2009, que se considera la temporada cumbre de su carrera. Este también fue el año en que participó en las Finales de la ATP en Londres.
Verdasco, el ex número 7 del mundo, se retiró en 2023, pero nunca lo anunció oficialmente. Recientemente, durante el ATP 500 de Doha, se unió a la leyenda del tenis serbio Novak Djokovic para un torneo de dobles. Esto le dio a Verdasco la oportunidad de despedirse de sus fans y recibir mensajes conmovedores de sus compañeros jugadores.
Reflexionando sobre su extensa carrera durante su última conferencia de prensa, el hombre de 41 años admitió la dificultad de ganar Slams y Masters 1000 durante su apogeo. Según él, la dura competencia de jugadores excepcionales hizo que fuera una tarea desalentadora.
Verdasco relató su experiencia en el Abierto de Australia 2009, donde derrotó a los entonces números 4 y 5 del mundo, Murray y Tsonga. Sin embargo, luego tuvo que enfrentarse al número 1 del mundo, Nadal. Incluso si hubiera ganado esa semifinal, habría tenido que enfrentarse a Roger Federer, el número 2 del mundo, en la final.
Similar fue su experiencia en Montecarlo, donde derrotó a Berdych y Djokovic, solo para perder ante Nadal en la final. Verdasco admitió que tales situaciones llevaron a momentos de desánimo. Sin embargo, su determinación y amor por el deporte lo mantuvieron en marcha, dejando atrás un legado inspirador para los futuros jugadores.