En un irónico giro del destino, la prodigio del tenis ruso de 17 años, Mirra Andreeva, saboreó el dulce sabor de la victoria en los Campeonatos de Tenis de Dubái, pero se perdió su pastel de celebración de 1 metro. El triunfo de Andreeva la catapultó al Top 10 de la WTA, un logro notable que debería haber sido coronado con un bocado de su pastel de victoria, pero lamentablemente, no fue así.
El camino de Andreeva hacia la victoria fue nada menos que notable. La joven sensación del tenis derribó algunos de los nombres más grandes del deporte, ofreciendo una serie de actuaciones impresionantes. En los cuartos de final, Andreeva asestó un golpe devastador a la número 2 del mundo, Iga Swiatek, derrotándola en sets seguidos: 6-3, 6-3. Su partido de semifinales contra la número 7 del mundo, Elena Rybakina, fue un emocionante encuentro en el que Andreeva protagonizó una impresionante remontada. Cambió la situación de un déficit de 1-3 en el set final para asegurar una victoria de 6-4, 4-6, 6-3.
En el partido por el campeonato contra Clara Tauson, Andreeva continuó su feroz ataque. Aseguró la victoria con la pelota en su lado en su segundo punto de campeonato, derrotando a Tauson 7-6(1), 6-1. Una victoria tan contundente seguramente merecía una celebración, pero no fue el tradicional evento de cortar el pastel.
Hablando con Bolshe Tennis, Andreeva reveló la curiosa ausencia de su pastel de victoria. A pesar de que había un pastel de 1 metro de largo presente, la joven campeona no pudo probarlo. Compartió: «¡Lo quitaron! Lo corté un poco, por la mitad. Así que vuelvo y pregunto: ‘¿Puedo tener un poco de pastel?’ Pero ya no había nadie, era medianoche.» A pesar de la falta de pastel, Andreeva mantuvo una perspectiva positiva, eligiendo en su lugar enfocarse en su logro histórico.
Los Campeonatos de Tenis de Dubái marcaron un hito significativo en la carrera de Andreeva. Con solo 17 años y 299 días, se convirtió en la campeona más joven de WTA 1000 desde que se introdujo el formato en 2009. Esta victoria la impulsó del puesto 14 al 9 en el ranking mundial, convirtiéndola en la primera adolescente de 17 años en entrar en el top 10 desde Nicole Vaidisova en 2007.
Durante su discurso de victoria, Andreeva mostró una madurez más allá de sus años. Reconoció los esfuerzos y la resiliencia que contribuyeron a su éxito, afirmando: “Por último, pero no menos importante, quiero agradecerme a mí misma. Sé con qué he estado lidiando, así que quiero agradecerme por siempre creer en mí. Quiero agradecerme por nunca rendirme y siempre lidiar con la presión. Hoy no fue fácil, pero elegí estar allí al 100%, así que me agradezco a mí misma.”
El ascenso de Andreeva a la fama ha sido meteórico. En menos de un año, alcanzó las semifinales de Roland Garros, eliminó a la entonces número 1 del mundo Aryna Sabalenka, ganó su primer título en el WTA 250 en Iasi, Rumania, y obtuvo una medalla de plata olímpica en dobles con Diana Shnaider.
Mientras Andreeva disfruta de la gloria de su título WTA 1000 y su debut en el Top 10, no se puede evitar preguntarse qué sigue para esta joven estrella. ¿Está en el horizonte una victoria en un Grand Slam? Solo el tiempo lo dirá. A pesar de la falta del pastel de 1 metro, el dulce sabor de la victoria de Mirra Andreeva en Dubái es un testimonio del emocionante futuro que le espera a esta talentosa joven atleta.