El ardiente regreso a casa de Nick Kyrgios en el Abierto de Australia 2025 terminó en desilusión, ya que el favorito del público australiano sucumbió ante Jacob Fearnley en sets corridos, 7-6(3), 6-3, 7-6(2). A pesar de su lucha incansable, el Kyrgios de 29 años estaba visiblemente afectado por lesiones, dejando a los aficionados en el John Cain Arena en una mezcla de asombro y decepción.
Un Regreso Arriesgado que Salió Mal
La participación de Kyrgios en Melbourne era incierta tras un comienzo desafiante de su temporada en el Brisbane International, donde sufrió un desgarro abdominal y molestias en la muñeca. A pesar de estos contratiempos, el siempre determinado australiano optó por competir, una decisión que resultó costosa.
Desde la primera bola, Kyrgios parecía estar lejos de su mejor nivel. Haciendo muecas en cada punto, su característico servicio potente estaba notablemente apagado. Para cuando lideraba 4-3 en el primer set, Kyrgios estaba audiblemente frustrado, exclamando a su equipo: “¡No debería estar aquí!”
El Ascenso de Fearnley y la Lucha de Kyrgios
Mientras Kyrgios luchaba contra sus limitaciones físicas, Jacob Fearnley, una estrella británica en ascenso y recién llegado al top-100 de la ATP, ofreció una actuación compuesta y pulida. El joven de 21 años aprovechó al máximo el estado debilitado de Kyrgios, manteniendo su servicio de manera consistente y dominando los momentos clave.
El primer set se escapó en un desempate mientras Fearnley superaba al australiano, ganando 7-3. Las frustraciones de Kyrgios estallaron durante los cambios de lado, expresando supuestamente su descontento con su entrenador físico por permitirle jugar a pesar de sus lesiones.
El segundo set siguió un guion similar, con Fearnley rompiendo temprano y avanzando hacia una victoria de 6-3. Kyrgios, visiblemente luchando, parecía al borde de ceder, pero en su lugar optó por seguir adelante, animando a la multitud y sacando lo mejor de su repertorio.
Un destello de magia de Kyrgios
A pesar de la difícil batalla, Kyrgios proporcionó destellos de brillantez en el tercer set, emocionando a la arena llena. En un momento, rompió el servicio de Fearnley con un golpe por detrás de la espalda, llevando a la multitud a la locura. El John Cain Arena rugió con cada punto, creando una atmósfera digna de un partido de gran taquilla.
El set culminó en otro desempate, donde la desesperación de Kyrgios llevó a jugadas de alto riesgo. Un intento fallido de servicio y volea y una doble falta le dieron a Fearnley el impulso, y el británico cerró el partido con calma.
¿Qué sigue para Kyrgios y Fearnley?
Mientras Jacob Fearnley avanza para enfrentar a Arthur Cazaux en la segunda ronda, Kyrgios se enfrenta a una dura realidad. Su decisión de jugar a pesar de la lesión solo ha prolongado su recuperación, dejando preguntas sobre su competitividad futura. El australiano, que se alimenta de la energía del público y de un servicio de élite, ahora tendrá que reagruparse y reevaluar su estado físico antes de la temporada.
Una historia de dos trayectorias
Este partido fue un testimonio de dos historias contrastantes: la determinación y desafío de Kyrgios ante la adversidad física y la emergente calma de Fearnley en el escenario de Grand Slam. Para Kyrgios, es otro capítulo en su tumultuosa carrera. Para Fearnley, es el comienzo de algo grande.