La número 1 del mundo, Aryna Sabalenka, estaba visiblemente devastada después de no lograr la victoria en la final del Abierto de Australia, donde fue derrotada 6-3, 2-6, 7-5 por Madison Keys en un dramático enfrentamiento a tres sets. La bielorrusa, que estaba al borde de hacer historia con un tercer título consecutivo, no pudo contener su frustración mientras el partido se le escapaba de las manos en los tensos momentos finales.
Un final desgarrador
Sabalenka había luchado ferozmente a lo largo del partido, especialmente en el emocionante tercer set, donde ninguna de las jugadoras concedió un punto de quiebre hasta el decisivo 12º juego. Sirviendo para mantenerse en el partido en 5-6, Sabalenka enfrentó dos puntos de campeonato. Mientras salvó el primero con un poderoso servicio, Keys aprovechó el segundo, clavando un ganador de derecha para asegurar su primer título de Grand Slam.
La frustración de Sabalenka estalló inmediatamente después del punto final. Las cámaras la captaron rompiendo su raqueta repetidamente de rabia antes de cubrirse la cara con una toalla y abandonar la cancha para recuperar la compostura antes de la ceremonia de entrega de trofeos.
El mensaje ardiente de Sabalenka a su equipo
Después de regresar a la cancha, Sabalenka logró recomponerse y ofrecer una mezcla de honesta sinceridad y humor durante su discurso como subcampeona. Dirigiéndose a su equipo, les bromeó sobre su papel en la derrota:
“¿Debería decir algo a mi equipo? ¿Por qué se ríen? ¡Como siempre, es culpa de ustedes, chicos! No quiero verlos la próxima semana—¡realmente los odio!” bromeó, provocando risas entre el público.
A pesar de la broma juguetona, Sabalenka se aseguró de expresar gratitud:
“Muchas gracias por todo y bla, bla, bla. Creo que hicimos lo mejor que pudimos, solo que Madison estaba increíble y no pude hacer nada en este partido. La próxima vez que juegue contra Madison, traeré un mejor tenis. Por supuesto, enviando amor a mi equipo. Los amo a pesar de que perdimos.”
El costo emocional de la final
Sabalenka entró a la final con el peso de la historia sobre sus hombros. Estaba intentando convertirse en la primera jugadora desde Martina Hingis en 1999 en completar un triplete en el Abierto de Australia y solidificar su dominio en el torneo.
A pesar de que sus tres títulos de Grand Slam son un testimonio de su destreza, esta derrota resalta la presión que conlleva estar en la cima del deporte. Su reacción emocional subraya el inmenso impulso y la pasión que han definido su carrera.
Una promesa de volver más fuerte
En su discurso, Sabalenka prometió aprender de la derrota y regresar más fuerte. Su humor ligero y determinación ofrecen un vistazo a la mentalidad que la ha convertido en campeona.
“Trabajaré más duro, lo prometo,” dijo. “La próxima vez, estaré lista.”
El camino por delante
Aunque la derrota es indudablemente dolorosa, el fuego competitivo y la resiliencia de Sabalenka sugieren que esto está lejos de ser el final de su viaje. A medida que continúa construyendo sobre su ya impresionante legado, los aficionados pueden esperar que canalice este contratiempo en actuaciones aún mayores en el futuro.
Por ahora, la victoria de Madison Keys marca el comienzo de un nuevo capítulo en el tenis femenino, pero Aryna Sabalenka sigue siendo una fuerza formidable decidida a recuperar su trono.