En su última promoción en Instagram, Kim Kardashian se ha encontrado una vez más en problemas. La fundadora de SKIMS colaboró con la renombrada casa de moda Dolce & Gabbana para una línea de crossover, pero lo que se suponía que iba a ser una sesión de fotos normal se convirtió en una gran controversia.
Kimmy Kakes lo dio todo ante la cámara, mostrando su inconfundible atractivo sexual. Sin embargo, entre las fotos seductoras, había un accesorio que llamó la atención de todos: un rosario católico colgando de su cuello. Mientras que algunos podrían verlo como una simple declaración de moda, muchos de los seguidores religiosos de Kim no tardaron en expresar su descontento.
Esta controversia rápidamente ganó tracción más allá de Instagram, llegando incluso a comunidades de TikTok. Parece que donde sea que Kim vaya, el drama la sigue.
¿Pero podría ser todo esto parte de la estrategia calculada de Kim Kardashian? Después de todo, hace poco hizo olas al usar el colgante de cruz de la Princesa Diana de una manera igualmente llamativa en un evento en Los Ángeles. ¿Está empujando intencionalmente los límites para generar ruido y vender más productos?
El dicho «toda publicidad es buena publicidad» viene a la mente al considerar las acciones de Kim. Quizás ella cree que cualquier atención, incluso si es negativa, beneficiará en última instancia a su marca. Pero la pregunta sigue siendo: ¿está yendo demasiado lejos o simplemente abrazando una imagen de moda audaz?
Las opiniones están divididas entre los lectores de Perezcious. Algunos argumentan que Kim debería ser más consciente del simbolismo religioso y evitar usarlo con fines provocativos. Creen que está cruzando una línea y faltando al respeto a objetos sagrados. Por otro lado, hay quienes admiran su audacia y la ven como una creadora de tendencias que no teme desafiar las normas sociales.
La controversia en torno a la sesión de fotos de rosarios de Kim Kardashian destaca el delicado equilibrio entre empujar los límites y respetar los sentimientos religiosos. Mientras que algunos pueden verlo como una expresión artística, otros lo encuentran ofensivo e inapropiado.
Al final, solo el tiempo dirá si esta controversia tendrá un impacto duradero en la marca de Kim o si se desvanecerá como escándalos anteriores. Una cosa es cierta, sin embargo: Kim Kardashian sabe cómo mantener el foco en ella, para bien o para mal.